Cerraron unos 40 boliches por el coronavirus

Se trata de datos de la cámara de la provincia de Buenos Aires que nuclea a las discos. Cuáles son los principales obstáculos que trae la cuarentena.

Por lo menos cuarenta boliches de la provincia de Buenos Aires no pudieron sortear la cuarentena por el coronavirus y los dueños debieron dejar los locales, de acuerdo con lo que indicó el titular de la Cámara Empresaria de Discotecas y Bares bonaerense (CEDIBBA), Carlos López.

De acuerdo con un relevamiento que hizo Alejandro Horvat para La Nación, entre los boliches que debieron cerrar definitivamente está Derby, que estaba ubicado en el Hipódromo de San Isidro y era la discoteca más importante del municipio. En Quilmes, pasó lo mismo con Look, Enigma, Osiris y Antigua Tierra. En Esteban Echeverría, figuran Zoom, Quijano y Berracos. En Banfield, Mi Club, con más de 70 años de trayectoria, podría cerrar para siempre. En la zona oeste figura Bahiano Disco, de Ituzaingó, y otros cuatro boliches en José C. Paz (Club Limit, Ibiza, Caribeño Bailable y Don Lucas Pool).

Según el presidente de CEDIBBA, para volver a abrir el virus deberá dejar de circular durante tres semanas. Es decir: alcanzar la fase 5, algo muy lejano. Además, por las deudas y pérdidas generadas durante el año, los que sigan en pie tardarán un tiempo en lograr ganancias. «Además hay que ver cómo reacciona la gente. Tampoco sabemos si van a tener plata para salir o si durante meses no van a ir a bailar», evaluó.

Otra las tantas dificultades que enfrenta el rubro por la pandemia de coronavirus son las reuniones que ocurren pese a la cuarentena. López dijo le advirtió a las autoridades del Ministerio de Seguridad de la Provincia durante el Día del Amigo: «Les pedimos por favor que estén atentos a eso. Porque si llega a haber contagios en una fiesta clandestina, esto es algo de nunca acabar y se va a postergar la apertura de los locales que vienen cumpliendo con todo hace tiempo».

Generalmente, los locales bailables que cerraron no lograron un nuevo acuerdo por el alquiler del local. Además, el costo de la electricidad también configura un gasto muy importante. Como los boliches suelen tener una conexión eléctrica especial, tarifa 3, pueden pagar entre 100 mil y 150 mil pesos por mes.

Se estima que en el país el sector de entretenimiento le da empleo de manera indirecta y directa a unos 500 mil trabajadores.

«Trabajaba en dos locales que están uno al lado del otro. Uno lo alquilaba y el otro es mío. Cuando le dije a los dueños que iba a poder pagar el 50% del alquiler pusieron el grito en el cielo, no quisieron llegar a un acuerdo», explicó quien manejaba Bahiano, Alejandro Pérez, que tiene 38 en el rubro. En el boliche se le daba empleo a cuarenta personas, directa o indirectamente.

«Pagué lo que tenía que pagar y cerré. El rubro ya viene complicado desde hace tiempo», siguió en su relato por la situación que se agravó por el coronavirus y agregó: «Me quedó un grupo de gente que trabajaba fijo en el día a día y por el momento los estoy bancando. Veré si me pongo un bar en mi local más adelante».

Pérez reveló que hace tres años el boom de las cervecerías afectó con fuerza a su sector: muchos dejaron de ir a bailar por una salida más económica. «Creo que en zona oeste cerraron 12 discos. Es enorme la cantidad de gente que pierde porque los boliches le dan trabajo a muchos rubros», indicó.

Por su parte, Víctor Luque se vio obligado a cerrar dos discotecas: una estaba ubicada en Esteban Echeverría y la otra en Ezeiza. Aseveró que en Esteban Echeverría «está cerrando todo: bares, cervecerías, discotecas».

Uno de esos boliches era Keep, ubicado en un complejo cerrado en Ezeiza. Ahí pagaba alquiler y expensas. Igual que en el caso de Pérez no logró negociar una quita en el monto de esos costos y tuvo que cerrar. Creen que no van a poder abrir hasta fin de año: «En Keep trabajaban diez personas de seguridad, 16 en las barras y en el servicio de comida, 18 personas de relacionistas públicos, Dj, etcétera. A algunos empleados los estoy bancando y a otros los pude reubicar en algún otro trabajo».