Comenzó el juicio por la Masacre de Pergamino

El 2 de marzo de 2017, el deliberado abandono estatal mató, en la comisaría 1ª de Pergamino, a Sergio Filiberto, Alan Córdoba, Jhon Claro, Fernando Latorre, Federico Perrota, Juan “Noni” Cabrera y Franco “Paco” Pizarro.

Estiman que en los próximos dos meses, serán juzgados los policías Sergio Rodas, Alexis Eva, Matías Giulietti, Brian Carrizo y Carolina Guevara y el comisario Alberto Donza (que estuvo prófugo más de un año), por el delito de abandono de persona seguido de muerte, por lo que podrían recibir condenas de entre 5 y 15 años de cárcel.
Como siempre, la justicia tiene ceguera selectiva: de los seis policías imputados, cuatro se encuentran con prisión domiciliaria y sólo Donza y Eva, están donde debieran estar todos, en el penal de la ciudad de Campana.
De acuerdo a los datos de nuestro archivo de casos, las muertes en comisarías y lugares de detención son – junto al gatillo fácil- las modalidades por excelencia de la represión preventiva o de control social.
Desde 1983 a principios de 2019, registramos casi 3.100 muertes en lugares de detención, lo que representa el 47% de la totalidad de personas asesinadas por el aparato represivo estatal.
La masacre de Pergamino, como la de Esteban Echeverría en 2018, son dos ejemplos paradigmáticos de la política carcelaria del gobierno de CAMBIEMOS en general y de la gobernadora María Eugenia Vidal, en particular.
Como ningún hecho represivo nace de un repollo, sino que es la consecuencia de una serie de decisiones políticas, no podemos dejar de nombrar la promulgación de la ley de flagrancia de 2016 (luego de incorporada al nuevo Código Procesal Penal de 2018) que, propagandizada para combatir “delitos complejos”, no hizo más que llenar los calabozos de nuevos pobres, generados a mansalva por los planes de ajuste.
Se llegó al juicio que el 2/9 comienzó gracias a la lucha inclaudicable de las familias y vecinxs, que rechazaron la versión oficial de la policía y los medios hegemónicos y visibilizaron el caso a lo largo y ancho del país, tal como lo hicieron el pasado martes en la última Marcha Nacional contra el Gatillo Fácil. Acompañamos la lucha de los familiares y toda la comunidad de Pergamino y decimos ¡Basta de muertes en comisarías y lugares de detención! ¡Justicia por los 7 de Pergamino! expresan desde CORREPI – Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional.

Los hechos ocurridos

La masacre de Pergamino del 2 de marzo de 2017, fue una de las violaciones a los derechos humanos más graves sucedidas durante la democracia en una dependencia policial. Siete jóvenes detenidos en prisión preventiva por delitos menores murieron de manera atroz en un incendio producido en los calabozos de la comisaría 1ª de esa ciudad, una dependencia que fue centro clandestino de detención durante la última dictadura militar.
Estaban bajo la custodia del Estado y detenidos de manera ilegal, puesto que se encontraban alojados en una dependencia policial que no reunía las condiciones indispensables para albergar a personas de manera digna y menos por un lapso prolongado.
Como la CPM lo ha venido denunciando, aun en su gravedad, no fue un hecho excepcional: el incremento de personas alojadas en comisarías es constante desde el 2014 a la fecha, revirtiendo la tendencia decreciente de los 7 años anteriores.
Entre 2016 y 2018 la población detenida en comisarías se incrementó en un 48%, en consonancia con la tendencia creciente de la población encarcelada en la Provincia que alcanza un récord históricos.
Cabe recordar que el 17 de marzo de 2017, 19 detenidos alojados en la comisaría 1ª fueron víctimas de la masacre de Pergamino. Siete de ellos murieron de la manera más cruenta y los restantes 12 sufrieron torturas físicas y psicológicas.
Alrededor de las 18 horas, luego de una discusión entre dos detenidos, los agentes policiales Brian Carrizo (imaginaria de calabozos), junto con Alexis Eva (oficial sub ayudante de servicio), y Matías Giulietti (oficial de policía de refuerzo de imaginaria de calabozos) procedieron a castigar a los internos encerrándolos en las celdas 1, 2, 3, 6 y contraventores. El aislamiento en condiciones inhumanas, de hacinamiento en lugares sin ventilación ni luz natural, el calor extremo de ese día y el nulo espacio para moverse o desarrollar alguna actividad generó el inmediato reclamo de los detenidos.
A pesar de que la discusión inicial había finalizado, el pedido pacifico de apertura de las celdas para poder acceder al patio común fue ignorado por los agentes. Luego de insistir y frente a la indiferencia policial, algunos detenidos encendieron unos pedazos de colchones de goma espuma para llamar la atención y lograr una respuesta.
Los policías que cumplían funciones en la dependencia tomaron conocimiento de este primer foco de incendio. No obstante, hicieron caso omiso al reclamo de los detenidos de las demás celdas para que ayudaran a apagar el fuego ya que sus vidas estaban en peligro por el humo tóxico que desprendía el material no ignífugo de los colchones de goma espuma (que no están permitidos).
En esos momentos, ingresó al sector el oficial Alexis Eva, quien trasladó sólo a dos detenidos a la celda 6 y al pasillo de contraventores; a pesar de los llamados, no asistió a quienes permanecían en la celda 1. Al mismo tiempo, el agente Brian Carrizo se retiró del sector de imaginaria.
El fuego comenzó a acrecentarse, tomó las cortinas que tenía en sus puertas/rejas la celda 1 y generó la explosión de algunos aerosoles y el televisor. Luego, el fuego alcanzó los colchones que estaban dentro de la celda.
Los siete jóvenes allí encerrados pedían a gritos ser socorridos, igual que el resto de los detenidos que gritaban a los policías para que apagaran el fuego. No consiguieron reacción alguna de los funcionarios policiales.
Fueron, entonces, los mismos internos quienes intentaron ahogar el fuego sin poder lograrlo, ya que no contaban con agua en sus celdas. La llave de paso de agua de la celda se abría desde afuera, pero los agentes no lo hicieron.
Según los mensajes de texto que los detenidos (algunos de ellos víctimas fatales) enviaron a sus familiares, el fuego se inició a las 18.15 hs. En esos mensajes daban cuenta del inicio de un foco de incendio y pedían que se acercaran rápidamente a la comisaría, ya que los agentes policiales no estaban haciendo nada para detener el fuego. Lo mismo señalan los testimonios de los sobrevivientes.
Pero fue mucho tiempo después cuando los bomberos fueron alertados. Y una vez que arribaron la dependencia -alrededor de las 18.45 hs- su tarea de rescate fue obstruida continuamente por los funcionarios policiales: no colaboraron con la entrega de las llaves para que pudiesen abrir y controlar el fuego. Además, como no habían sido alertados sobre la gravedad y dimensión del incendio, debieron reorganizar el plan de rescate una vez que llegaron al lugar y detectaron la gravedad de los hechos.
Estas demoras y la ausencia de auxilio a los detenidos generó que finalmente -alrededor de las 19 horas- los siete jóvenes alojados en la celda 1 perdieran su vida. La data horaria surge del último mensaje enviado por una de las víctimas.
La causa que motivó el encierro de los detenidos en sus celdas, el reclamo originario desoído y la indiferencia policial, la magnitud que adquirió el fuego, el pedido de auxilio desesperado que se solicitó desde las celdas, la inacción policial como respuesta, la demora en llamar a los bomberos y la obstaculización policial de su trabajo pudieron reconstruirse en la causa judicial a partir de las pericias realizadas y las declaraciones testimoniales de las víctimas sobrevivientes.
Luego de los hechos, los restantes detenidos fueron sacados de sus celdas mediante golpizas, empujones e insultos. Los alojaron en el patio donde continuaron recibiendo torturas de parte de los agentes, que no los asistieron física, ni psicológicamente.

Recomendamos ver https://www.youtube.com/watch?v=kxcLbcp-vuw “Siete” es un documental que reconstruye a través de los relatos de familiares de las víctimas, y otros actores involucrados en el seguimiento de la causa, una historia que contradice la versión oficial: los abusos, el hacinamiento, el abandono de persona, la muerte en el encierro y la responsabilidad estatal. El proceso de “Siete”, inicia antes de cumplirse un mes de los hechos y finaliza poco antes de cumplirse los 7 meses. El documental forma parte de un abordaje multimedia sobre la Masacre de Pergamino, llevado adelante por el colectivo Raíz – Comunicación desde Abajo.