«Demasiado viejo para ser peligroso»

Una mala decisión de un juez y un crimen que podría haber sido evitado. Esas dos cosas pasaron en los Estados Unidos, con Albert Flick como protagonista. Este hombre, de 77 años, que había asesinado a su esposa en 1979, fue liberado por ser «demasiado viejo para ser peligroso» y volvió a matar.

En julio de 2018, el anciano le propinó 14 puñaladas a una mujer delante de sus dos hijos gemelos de 11 años, asesinándola a sangre fría. Esta semana, un jurado de Maine, en los Estados Unidos, tardó menos de una hora en hallarlo culpable del homicidio de Kimberley Dobbie, de 48 años, quien no resistió a las heridas en su corazón y en uno de sus pulmones.

Las cámaras de seguridad del lugar registraron todo. El crimen ocurrió frente a una lavandería en la localidad de Lewinston. El hombre se había mudado allí, tras cumplir con dos condenas. 

La primera de ellas, por asesinar a su esposa Sandra en 1979. A ella también la apuñaló mientras la hija de la mujer, de 12 años, estaba cerca. La mujer le había pedido el divorcio unos días antes.

Por ese aberrante crimen, Flick fue condenado a 30 años de prisión, de los cuales cumplió 21, antes de ser liberado por buen comportamiento. 

Tras quedar en libertad, en 2010 fue encontrado culpable de agresión contra dos mujeres, por lo que fue condenado a casi cuatro años de cárcel, en contra de las recomendaciones de fiscales y de funcionarios de libertad condicional de ponerlo tras las rejas por al menos ocho o nueve años, ya que consideraban que no había mermado su capacidad para hacer el mal.

Pero fue ahí que la justicia consideró que el hombre era demasiado viejo para volver a cometer actos violentos.

«En algún momento, el envejecimiento del Sr. Flick disminuirá su capacidad para involucrarse en este tipo de conducta; encarcelarlo más allá de ese tiempo no me parece que tenga sentido desde una perspectiva fiscal o criminológica», dictaminó el juez de la Corte Superior de Maine, Robert E. Crowley.

En 2014, tras cumplir con su nueva condena, Flick se mudó a Lewinston y según la fiscalía se obsesionó con Dobbie, a quien acosaba y seguía por la ciudad. Todos los testigos coincidieron con que ambos no habían entablado una relación.

La sentencia que ahora le espera a Flick está programada para el 9 de agosto. Ese día, el anciano asesino podría enterarse de que le tocan 25 años más detrás de los barrotes.