El año que la pobreza alcanzó 33,6%, la cifra más alta de la década

El Gobierno finaliza el año con los índices más altos de pobreza y desempleo desde el inicio de su gestión; sumando 13,6 millones de pobres y un 10% de personas desocupadas. Y los pronósticos para el próximo año no son alentadores aunque se espere un poco de estabilidad.

Durante este año se conocieron dos datos de pobreza del INDEC y durante los últimos días se difundió el informe del Observatorio de Deuda Social de la UCA sobre el tercer trimestre de 2018 en donde el índice tocó 33,6%, la cifra más alta de la última década.

En marzo, el INDEC anunció que la pobreza se ubicó en 25,7% en el segundo semestre de 2017 mostrando una caída de 2,9 puntos porcentuales desde el 28,6% anterior. Fue el mejor dato de la gestión Macri pues hasta ese entonces su punto máximo había sido 32,2% correspondiente al primer semestre de 2016. En tanto, el nivel de indigencia se ubicó a fines de 2017 en 4,8%, con una reducción de 1,3 punto porcentual respecto al período julio-diciembre del 2016.

En septiembre se conoció la cifra correspondiente al primer semestre de 2018 que comenzó a marcar los primeros signos de la crisis. Entonces INDEC informó que la pobreza estaba en 27,3% es decir 1,6 puntos porcentuales por encima de la tasa registrada en el segundo semestre de 2017. Por su parte, la tasa de indigencia subió levemente al 4,9%. Las cifras de indigencia se mantienen en niveles controlados por la asistencia social del Estado, aseguran especialistas consultados por ámbito.com.

«Este número refleja las turbulencias de los últimos meses y las dificultades que estábamos atravesando», aseguró el Presidente ni bien fueron divulgados los resultados. A su vez, manifestó que en miras a amortiguar este fenómeno se incrementarán los programas sociales en el mes de diciembre, sabiendo que la cifra iba a seguir en ascenso porque los efectos directos de la crisis impactarán de lleno en la medición del segundo semestre de este año, pero ese valor se conocerá recién en marzo de 2019.

Las causas de la suba de este indicador están en la inestabilidad macro-financiera, sumada a los efectos de la sequía, la consolidaron una crisis externa que terminó con una fuerte depreciación del peso, una aceleración de la tasa de inflación que cerrará el año en más de 45% y una caída del salario real. “Esto implicó una caída del consumo interno y la entrada a un nuevo ciclo estanflacionario, con un fuerte ingreso de los sectores medios bajos a la situación de pobreza”, asegura un informe de la UCA.

Para tener una visión más actual hay que recurrir a la última medición del ODSA que ubicó a la pobreza en 33,6% en el tercer trimestre de 2018, más de cinco puntos porcentuales del mismo periodo de 2017. En cuanto a la indigencia los números son otros, en el tercer trimestre de 2018, aunque con tendencia al alza, la tasa de indigencia no registró un cambio significativo al ubicarse en el 6,1% de las personas contra el 5,7% del mismo periodo de 2017.

Según este informe “los indicadores sociales muestran la persistencia de altos niveles de pobreza y desigualdades estructurales, de carácter tanto económico-ocupacional como socioregional. La relativas mejoras materiales y la ampliación de las políticas de protección social durante el último período no han sido suficientes para revertir los niveles de pobreza estructural”.

Además sostiene que “la actual crisis 2018, al igual que en 2008, 2014 y 2016, no han sido destructivas del sistema productivo ni financiero formal. Sin embargo, han sido corrosivas para la micro, pequeña y mediana empresa, así como para los sectores de la economía social”.