El PRO duro anticipa la campaña

Patricia Bullrich, Fernando Iglesias, Waldo Wolff, Florencia Arietto y otros dirigentes del macrismo hablan de “desastre” y aseveran que Alberto Fernández “no tiene el coraje de cambiar” el rumbo.

Varios dirigentes del PRO, comandados por la titular partidaria Patricia Bullrich, publicaron una carta abierta al presidente Alberto Fernández en la que le achacan plantear “un dilema cuyas salidas son brutalmente crueles”.

“Otra vez habla de número de muertes, cuando ya pasamos las 55 mil, y con eso justifica 19 millones de pobres. Se trata de 3 millones de nuevos pobres. Por favor, no vuelva a la falsa dicotomía del año pasado, que nos significó una de las tasas más altas de muertos y de pobres. Gobierne, no opine”, dispararon Jimena de la TorreWaldo WolffJorge Enríquez, Adriana DuarteMariela Budiño y Carlos Manfroni, entre otros.

Advirtieron que la pobreza aumentó “por el shock económico derivado de la cuarentena eterna. El mundo entero sufrió la pandemia, pero nuestra economía fue una de las que más cayó: sufrimos el doble de impacto que el promedio de Latinoamérica”.

“La clase media se vio destruida: cerraron miles de comercios, se perdieron empleos, los prestadores de servicios se quedaron sin demanda. Meses sin trabajar. Y cuando pudieron hacerlo nuevamente, con un ritmo mucho más lento, se encontraron con nuevos impuestos y un aumento a los Ingresos Brutos, como si nada hubiera pasado. Ese es uno de los motivos reales del aumento de la pobreza”, añadieron.


Además, dieron cuenta de “la pérdida de más de un año de educación” y “la suba permanente de impuestos, que impiden reabrir negocios cerrados por la pandemia y condenan a las familias a consumir ahorros”.

En otro tramo de la misiva también rubricada por Damián Arabia, Martín SiracusaSilvana GiudiciGerardo MilmanPablo TorelloFlorencia AriettoJuan CurutchetHéctor StefaniFernando Iglesias y Omar de Marchi brindan opciones para “salir de este desastre”.

Y piden “facilitar la contratación, apostar al trabajo y no a más planes y más transferencias; poner al frente de Educación a alguien con una cabeza transformadora; animarse de una vez a sacar del medio a los movimientos sociales” y “repensar sus prioridades”.

Sobre este último punto, indicaron: “le dedica diez horas por día a ocuparse de los problemas judiciales de su Vice, pero ¿cuánto tiempo dedica a ocuparse de la pobreza, la desocupación, a entender las trabas que tiene la Argentina? Le resulta más cómodo no romper los esquemas fracasados; repite todo lo que ya fracasó. No tiene el coraje de cambiar”.