¿Es María Eugenia Vidal el Plan B de Mauricio Macri?

No es fácil saber qué pasó exactamente entre el Gobierno nacional y el provincial en torno a la posibilidad del desdoblamiento. En la Casa Rosada militan la unidad, un ejercicio muy noble para mostrar que son distintos a los políticos tradicionalesy no hay, por tanto, ambiciones de poder. Allí, más que la verdad lo que importa es la construcción de un relato edulcorado del presente, sin aristas ponzoñosas, que busca dormir las pasiones de las rencillas internas.

Sucede lo mismo en los despachos que le cuidan la imagen a María Eugenia Vidal, aunque por otras razones. La gobernadora es la dirigente de mejor imagen del país porque tiene cualidades, sin duda. Pero también porque es su figura está sobreprotegida en un sistema de comunicación que evita exponerla a los riegos más ínfimos y en muchos casos la hace lucir impostada ante los más politizados. Claro que donde ella debe descontar diferencias es entre los que no tienen posiciones tomadas, en esa ancha avenida de los que no llegan a fin de mes y les da lo mismo quién gobierne mientras le resuelvan los más elementales problemas.

Como sea, la pregunta de por qué Vidal anticipó una decisión que había dicho tomaría a fines de marzo todavía no fue respondida. Lo que trascendió, hasta ahora, son esfuerzos oficiales de construir una explicación que no suena todavía muy creíble para quienes analizan la política.

Uno de los problemas para entender es qué pasa en Cambiemos y comprender el sistema de toma de decisiones. Muchas veces los periodistas suponemos que cuando se hacen reuniones entre quienes piensan distinto sobre cualquier tema, cada cual expone su punto de vista y busca convencer al otro, para después tomar una decisión que implementa el conjunto. Pero el poder es un poco más complejo que eso. Por lo menos, el Gobierno lo es.