La crisis llegó al comedor de la Casa Rosada

faltan productos y hay “menú de emergencia”. Los proveedores no quieren entregar mercadería porque no saben cuándo van a poder cobrar y el Gobierno no quiere comprar con presupuestos elevados. La próxima semana estaría resuelto.

Mientras el Gobierno asegura estar a la espera de la designación de los funcionarios que acompañarán al presidente electo Alberto Fernández para comenzar formalmente la transición, un problema inesperado y con más condimentos administrativos que políticos surgió en la Casa Rosada: por falta de entrega de los proveedores, en el comedor de empleados faltan insumos y alimentos y desde hace unos días los cocineros se vieron obligados a ofrecer un menú de emergencia, a base de productos que quedaban en stock.

Desde que asumió Mauricio Macri la Presidencia, los cambios en torno al comedor de empleados fueron drásticos. El buffet fue remodelado por completo y se mejoraron las condiciones del lugar. En cuanto a la limpieza, además, se realizó una profunda renovación de las instalaciones, lo que permitió erradicar la invasión de cucarachas y otros insectos que, en ocasiones, llegaba a advertirse hasta en los platos de comida. Incluso, Macri fue a comer a ese buffet en una oportunidad.

También hubo mejoras en cuanto a la calidad del menú. Hasta la semana pasada, cuando comenzaron los problemas con los proveedores, la oferta consistía en tres platos a elección: el tradicional, con distintos tipos de carnes y pastas, estilo gourmet; uno light y otro para veganos.

El precio, lejos de aquel que dejó el kirchnerismo a 6 pesos; oscilaba entre $90 -el básico, con agua y fruta- y $110, con vaso de gaseosa y postre. Pero ahora, al menos hasta que asuma Alberto Fernández, habrá cambios.

Sucede que tras las elecciones generales y la confirmación del recambio en el Gobierno, los proveedores dejaron de entregar mercadería. «Muchas de las empresas que nos proveen no tienen la capacidad de sostenerse varios meses sin cobrar. Frente a la transición, les preocupa no cobrar en tiempo y forma. Por eso, no quieren vendernos en este momento o nos ofrecen precios muy por encima de los del mercado», señalaron desde la Secretaría General de Presidencia, a cargo de Fernando de Andreis; el encargado de la Casa Rosada.

La preocupación de los proveedores gira en torno a las demoras en los pagos que surgen en la Administración Pública cuando hay cambios de Gobierno. Es que los funcionarios encargados de firmar los expedientes para el pago de facturas por los servicios prestados tardan en ser designados. A esa circunstancia se suma el recelo que los ingresantes tienen a la hora de autorizar pagos -y comprometer su nombre- por servicios de los que no pueden saber si fueron prestados. Esto lleva a que el pago por un producto entregado en noviembre se concrete recién en marzo o abril. De ahí a que los presupuestos suelen ser más altos que el precio de mercado, porque los proveedores buscan cubrirse con ese sobreprecio de la inflación futura. 

El tema, sin embargo, se resolvería en los próximos días. «Logramos llegar a un acuerdo para que nos provean de los productos básicos para sostener un menú variado y con dos opciones que va a estar disponible desde la semana próxima», aseguraron cerca de De Andreis.

Por lo pronto, esta semana Dante Liporace, el chef encargado de la Casa Rosada, tuvo que arreglarse con lo que tenía en stock para mantener el servicio: se ofreció un solo plato diario, a base de arroz, fideos y enlatados. Pero según indicó a Clarín, la próxima semana estaría solucionado. Al menos en parte. 

«Nuestra prioridad durante estos 4 años fue brindar un servicio de calidad para todos los empleados y así va a seguir hasta el 10 de diciembre. Lo que pasó esta semana fue una situación puntual, que ya está resuelta. Es entendible que los proveedores estén preocupados por la incertidumbre que genera toda transición. Desde la semana próxima vamos a hacer un menú reducido, con dos opciones en lugar de las tres que veníamos ofreciendo, pero variadas y con el mismo nivel de calidad de siempre», prometió Liporace, el ex dueño del lujoso restorán Tarquino que desde 2016 se incorporó a la Rosada como monotributista.