La inflación, un dolor de cabeza para el Gobierno

Pese a los esfuerzos oficiales los precios siguen en alza. En marzo los privados estiman una suba del IPC del 3,5%. El dólar como ancla.

El comportamiento de la inflación sigue siendo una preocupación central del Gobierno. La mala noticia la aportó el índice de Precios Mayoristas de febrero con un alza de 6,1% que fue la más alta desde agosto del 2019. El costo de la construcción también tuvo un aumento significativo de 5%, acumulando cinco meses por un registro por encima de 3%.

De cara a las próximas elecciones, la conducción oficial aspira a que mejore el consumo, mejora del salario real mediante. “Que la gente pueda comer más asado”, grafica un funcionario en la Casa Rosada. Sin embargo, la aceleración inflacionaria está frustrando este objetivo.

Precisamente en estos días se conoció un estudio del IERAL de la Fundación Mediterránea, en el que se exhibe que en enero y febrero el salario promedio alcanzó para comprar sólo 106 kilos de carne por mes, lo que representó una fuerte baja en comparación al mismo período del 2020, cuando ese número era de 127 kilos, es decir una caída del 16,5%.

Pese a los esfuerzos oficiales, la inflación sigue firme. Por caso, la consultora Ecolatina prevé una suba de 3,5% para los precios al consumidor en el presente marzo. Más preocupante aún, los alimentos y bebidas lideran la suba con un crecimiento proyectado del 4,1%.

De esta forma, para cumplir con la meta oficial de una suba anual de precios de 29%, la inflación promedio desde abril debería ubicarse en torno de 1,6% mensual, cuando las estimaciones privadas auguran un aumento no inferior a 3% para los próximos meses.

Estudios macroeconómicos arrojan que, a corto plazo, el dólar, los salarios y la propia inercia de los precios son los principales factores que inciden en el comportamiento de la inflación.

En materia de inercia, las cifras evidencian que desde octubre la inflación en el país muestra una velocidad de crucero que oscila entre 3,5 y 4% mensual. Este problema no es nuevo, Mauricio Macri tuvo una inflación mensual del 2,9% y el promedio de Alberto Fernández se ubica en el 2,8%, aunque con una considerable aceleración, como se señaló, en los últimos meses, según datos de la consultora Invecq.

A esto debe sumarse que se viene registrando una distorsión de los precios relativos con precios regulados creciendo a razón de 21% anual, es decir casi a la mitad del 41% que registra (datos a febrero) el índice general. En esto contexto se dan subas como las de los combustibles que tienden a recuperar terreno, pero a costa de generar presión sobre el resto de los precios de la economía.

Desde ya que, en un año electoral, el Gobierno aspira a que los salarios le ganen, al menos por algunos puntos a la inflación, de donde la nueva ancla (además de las tarifas) para la inflación ha pasado a ser el dólar (un experimento reiterado en los últimos años que luego suele traer consecuencias negativas).

Calculado a través de los rendimientos de los bonos, los mercados están esperando hoy un retraso de 17% en el tipo de cambio durante este año, según un estudio de Cohen. Así resulta de una inflación esperada del 49% y la devaluación del 32%.

Recuperación

El Gobierno cuenta a favor con la suba de los precios internacionales de los granos (aportarían unos 6.000 millones de dólares adicionales a las exportaciones) y la recuperación de la economía internacional.

Otra buena noticia la trae el crecimiento de la economía. Analytica, la consultora dirigida por los economistas Ricardo Delgado y Rodrigo Álvarez en su último informe aseveran que “el consenso de mercado estima que 2021 crecerá en promedio un 6,2%. En Analytica creemos que ese porcentaje podría ser superior, del 6,9%, si se dieran las condiciones para que el mercado laboral reabsorba los 2,1 millones de trabajos perdidos entre el primer y el tercer trimestre de 2020”.

Otra “ayuda externa” vendrá del previsto aumento en los Derechos Especiales de Giro (DEG) del Fondo Monetario Internacional que engrosarían las reservas. Se espera que en la reunión de Primavera del Fondo Monetario Internacional que se llevará a cabo en abril, el organismo presente la propuesta de aumento de derechos de Giro y los gobernadores la aprueben.

El problema es que el Banco Central cuenta con reservas netas mínimas – del orden de los 3.500 a 4.500 millones de dólares, según distintos estudios privados – y compromisos de pago con el exterior por más de 10.000 millones de dólares.

Los datos del Ministerio de Economía muestran que, para este año, los pagos a organismos financieros internacionales suman 8.102 millones de dólares en concepto de capital y 2.236 millones por intereses. Mayo será un mes crítico con vencimientos por 2.338 millones de dólares (Club de París) y 598 millones de dólares de intereses.

Así, para evitar que se produzcan tensiones en el mercado de cambios, el Gobierno dependerá de que sigan las buenas condiciones internacionales, el FMI gire a tiempo los nuevos fondos, las expectativas acompañen y la inflación no se dispare respecto de la devaluación proyectada.