La precariedad del trabajo los agentes de tránsito fue denunciada en 2016

En 2016, la Auditoría General porteña remarcó la necesidad de normalizar la situación laboral de los agentes de tránsito que perciben, además, sueldos debajo de la línea de pobreza.

Cinthia Choque, de 28 años, trabajaba como agente de tránsito para el Gobierno porteño cuando murió en la madrugada del domingo, atropellada en un control, lo que impulsó una importante manifestación de sus compañeros para denunciar la precarización laboral. Ésto es algo que ya había la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires en 2016.

En el informe al que accedió El Destape, el organismo remarcó que los trabajadores padecen situaciones de violencia de parte de los infractores, de los «trapitos», con choferes y ayudantes de grúas además de la demarcación y señalamiento de lugares prohibidos para estacionar, lo que acarrea problemas e inseguridad a la hora de desempeñarse laboralmente.

Desde la movilización que tuvo lugar esta mañana, a raíz del accidente, uno de los trabajadores contó a El Destape Radio que «hay 3.000 agentes. De esos, 2.500 somos monotributistas, así que no tenemos ART ni obra social y trabajamos en condiciones de riesgo, sin ningún tipo de seguridad y generalmente de noche». Además, enfatizó: «Todos los días sufrimos hechos de violencia y los funcionarios al día siguiente nos obligan a presentarnos a trabajar como si nada».

Sin embargo, desde el Gobierno porteño le aseguraron a El Destape que los trabajadores «poseen una cobertura que alcanza contingencias, accidentes personales e incapacidad durante la jornada laboral y en el trayecto hacia y desde el trabajo». A contramano de los agentes, aseguraron que «son 2.750, no 3.000, de los cuales 1.900 son monotributistas y 800 están en plantas transitorias o permanentes».

En relación a su situación económica, los trabajadores de tránsito cobran sueldos, en su inmensa mayoría, inferiores al nuevo salario mínimo, vital y móvil estipulado por el Gobierno (menos de $17.000) y, por lo tanto, debajo de la canasta básica, lo que los ubica en una situación precaria. En el caso de Cinthia, según los datos oficiales de 2018, cobraba sólo $16.000, como todos los de su categoría.

Además, en 2016, la Auditoría remarcó que el personal del cuerpo de agentes no tienen las facultades para labrar actas de infracción, así como la documentación que respalda las acciones en relación a su capacitación es «insuficiente», según aseguró el 67% de los trabajadores encuestados

Por otro lado, se hizo foco en que «se percibe un bajo ambiente de control interno, el padecimiento de situaciones de violencia con los infractores y las personas comúnmente llamadas “trapitos”, discrepancias con los choferes y ayudantes de grúas, dificultades con la demarcación y señalamiento de lugares prohibidos para estacionar.

Al respecto, el Gobierno porteño informó que sólo en 2018 se judicializaron 56 casos en el marco de situaciones de agresión a Agentes de Tránsito.- En esos 56 casos hubo 95 Agentes de Tránsito involucrados

Hace tres años, la Auditoría remarcó la necesidad de normalizar la situación para lograr que los agentes de tránsito puedan cumplir con sus funciones. Por eso, pidió que el Director General preste «atención a lo observado respecto de la capacitación de los integrantes del Cuerpo de Agentes por cuanto «promover la capacitación permanente de los agentes» es una de las funciones» del área. 

Sobre este punto, la administración porteña remarcó que la capacitación de los agentes tiene una duración de 8 semanas e incluye un programa de 22 materias con una modalidad de cursada presencial y capacitaciones periódicas «sobre la cultura del servicio y la colaboración como valores de todo servidor público».

Sin embargo, la situación de precariedad, violencia, falta de control y de capacitación fue observada y remarcada en 2016. Sin embargo, la realidad mostró otra cosa: un accidente fatal y decenas de agentes que se movilizaron para denunciar el mal estado en que deben desempeñar sus funciones.