Ni una Jubilada Menos

El gobierno de Mauricio Macri no prorrogó el plazo que vence el 23 de julio para la moratoria vigente por ley, mediante la cual las mujeres de 60 años que no llegan a cumplir 30 años de aportes pueden jubilarse.
La moratoria previsional permitió jubilarse a más de 3 millones de ciudadanos y ciudadanas mediante dos amplias leyes nacionales, impulsando la mayor inclusión jubilatoria de la historia de nuestro país. De este modo, quienes cumplían 60 años en el caso de las mujeres y 65 en el de los hombres, pero no lograban acreditar los 30 años de aportes requeridos; fijaban un plan de pago, abonando la deuda mediante la moratoria. Es así como se logró la universalización del derecho a una jubilación digna. 

Al año 2003, la cobertura previsional era del 66%. En 2015 esa cifra ascendió a 97%; llegando a una cobertura total, siendo que el porcentaje restante eran personas que permanecían en actividad de forma voluntaria. Este número representa 3,1 millones de nuevos jubilados y, principalmente, jubiladas: 2,4 millones de mujeres accedieron a una jubilación durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner. 

Con el fin de continuar con la implementación del actual modelo económico, se sancionó en 2016 la Ley de Reparación Histórica. En la misma, se suprimió la moratoria previsional para los varones y se estableció como fecha límite para la incorporación de nuevas mujeres a aquellas que cumplan 60 años de edad hasta el 23 de julio de este año. Al momento, no se hizo anuncio de una prórroga a este vencimiento. Por el contrario, son constantes las denuncias por trabas en el acceso a este derecho, permitiendo inferir que no se extenderá ese plazo.
Cabe destacar que nuestro país posee una alta tasa de empleo no registrado, representando un 34% del total, cifra que asciende a 37% para las mujeres. Asimismo, son éstas las que poseen un mayor grado de precarización, con salarios más bajos y una mayor dedicación horaria al trabajo reproductivo, es decir, a las tareas relativas al sostenimiento del hogar y al cuidado de hijos, hijas, adultos/as mayores y/o personas con discapacidad que pudieran haber en el núcleo familiar. Mientras las mujeres destinan a estas funciones casi 6 horas diarias, los varones lo hacen tan sólo 2, según cifras difundidas por el INDEC. De esta manera, las mujeres poseen menos tiempo para dedicarse a trabajos rentados y para formarse para ese desempeño. Así como es menester remarcar que las ocupaciones desempeñadas mayoritariamente por mujeres, como la docencia, la atención sanitaria o el trabajo en casas particulares, perciben salarios menores que las tareas «masculinizadas», es decir las desempeñadas en su mayoría por varones.

La moratoria previsional fue la herramienta que permitió a quienes sufrieron la explotación laboral, ejercer su derecho a una jubilación mínima, siendo en su gran mayoría mujeres: un 86% en el caso de la última moratoria, para ser precisos. Por este motivo, se popularizó su denominación como «jubilación para amas de casa», incluyéndose no sólo a quienes habían trabajado informalmente, sino también a las que se dedicaron de forma exclusiva al cuidado del hogar y la familia.

Como alternativa para quienes no llegan a acreditar los años de aportes, el gobierno ofrece las Pensiones Universales para Adultos Mayores (PUAM). Las mismas, garantizan sólo el 80% de una jubilación mínima, son para mayores de 65 años (elevando, por ende, para las mujeres 5 años la edad para su percibimiento), no son heredables por el/la cónyuge y son incompatibles con el cobro de cualquier tipo de ingreso laboral; además de otros requisitos que imponen barreras en el acceso. Según informó el Centro de Economía Política Argentina (CEPA), las PUAM llegaron a estar un 16% por debajo de la línea de pobreza en febrero de este año.

El gobierno, de esta forma, establece un cambio de paradigma, dividiendo la población de adultos y adultas mayores entre ciudadanos de primera que pueden cobrar una jubilación inclusiva y ciudadanos de segunda, que deben conformarse con una pensión; trasladando la responsabilidad de no cumplir con los aportes del patrón al empleado o empleada e invisibilizando, una vez más, el rol de las mujeres que realizan tareas reproductivas en el crecimiento económico de un país.  

El fin de la moratoria se traduce en un ataque fundamentalmente hacia las mujeres, una vulneración más de derechos por parte del gobierno de Mauricio Macri hacia quienes durante toda su vida han aportado para el crecimiento de nuestra patria.