«No me agote la paciencia»

Massa se peleó con Iglesias porque quiso romper la sesión: «No me agote la paciencia»El diputado empezó a los gritos porque no le dio una cuestión de privilegio. «Arme un bloque y vuelva», le gritó el presidente de la Cámara

El diputado del PRO Fernando Iglesias se fue de la sesión a poco de comenzar porque Sergio Massa no le concedió una cuestión de privilegio, como se conoce a las mociones que utilizan los legisladores cuando se sienten afectados y quieren pegarles duro y parejo a sus rivales.

Si bien el reglamento las permite, como las sesiones remotas tienen un límite horario, el presidente de la Cámara viene acordando con los jefes de bloque reemplazarlas por «consideraciones políticas» a repartir en cada bancada y este jueves no fue la excepción.

Unas horas antes de la sesión, las autoridades de cada fuerza, entre ellas el del PRO Cristian Ritondo, participaron de una reunión de labor parlamentaria y coincidieron en repetir el guión.

Ritondo fue uno de los primeros en tener una consideración política para pedir que los temarios de las reuniones remotas sean con temas de acuerdo, un anticipo de la discusión que se viene sobre la renovación del protocolo.

Le siguió Gabriela Cerrutti con duras críticas a Macri, a quien definió como «un señor criado en la derecha, que hizo acuerdos con todos los gobiernos y cuando le tocó ejercer la jefatura del Estado gobernó para los ricos y los poderosos».

Iglesias, que era otro de los 40 diputados habilitados a estar en el recinto, pidió una cuestión de privilegio y empezó a los gritos cuando Massa no le abría el micrófono. «¡Me tiene que dar la palabra porque soy diputado!», insistía.

«Diputado, para que le quede claro: hay un acuerdo de labor parlamentaria que firmaron sus presidentes de bloque. Si no le interesa el acuerdo, lo que tiene que hacer es retirarse del bloque, armar un bloque propio y venir a labor parlamentaria. Sino debe respetar a sus autoridades de bloque, diputado. Usted no tiene coronita. ¡No me agote la paciencia!», levantó la voz el presidente de la Cámara. 

«¡No me interesa! ¡No me interesa!», rezongaba el ex lilito, que un rato después posteó la escena filmada desde su banca y arrobó al periodista Eduardo Feinmann, molesto porque había transmitido por televisión como lo retaba Massa. 

El radical Facundo Suárez Lastra fue el único de sus compañeros que intentó defenderlo. «No le puede cortar la palabra!», le reclamó al tigrense, fuera de micrófono. Iglesias cerró su computadora y se fue, a los gritos, ante la mirada atónita de Ritondo y Silvia Lospennato, secretaria parlamentaria del PRO. Ninguno se preocupó en interrumpir la sesión para pedir por él y unos minutos después el jefe de bloque salió un rato a ver qué estaba haciendo. 

Lejos de sentirse mal, ni bien pisó el pasillo del Congreso Iglesias grabó un descargo de dos minutos para subir a las redes sociales. «Esto ya no es un Congreso. Esto se transformó en una farsa en la que jugamos a que tenemos una república y que tenemos un Congreso, pero lo que tenemos son unas sesiones virtuales que por suerte se terminaron hoy. Porque en las presentes condiciones no se puede trabajar», reclamó.

Anticipó que esta vez tratará de imponerse ante los suyos para no renovar el protocolo, que vence este viernes, y de ese modo no volver a votar por internet. No será fácil sentar 257 diputados en el pico de la pandemia.