Vacuna contra el coronavirus: ventajas y desventajas

Vacuna contra el coronavirus: ventajas y desventajas de Sputnik V respecto a Pfizer, Moderna o Astrazeneca

El análisis de la prestigiosa revista médica permite comparar a la inoculación rusa con el resto de la dosis para combatir al COVID-19.

La vacuna rusa Sputnik V contra el coronavirus tiene una efectividad cercana al 92% demostrada también en mayores de 60 años, según la publicación de The Lancet.

“El desarrollo de la Sputnik V ha sido criticado por sus prisas improcedentes, por tomar atajos y por su falta de transparencia, pero los resultados que se publican ahora son claros y el principio científico de la vacunación queda demostrado, lo que significa que se puede unir a la lucha para reducir la incidencia de la COVID”, afirmaron.

A continuación, repasaremos una comparativa para determinar ventajas y desventajas entre las principales vacunas contra el COVID-19.

Un análisis provisional de los datos del ensayo en fase III de la Sputnik V sugiere que un régimen de dos dosis ofrece una eficacia del 91,6% contra la enfermedad. Esta cifra es comparable a la ofrecida, también tras un par de pinchazos, por los compuestos de Pfizer (95%) y Moderna (94,5%), ya administrados en la actualidad en la Unión Europea.

De hecho, este porcentaje del fármaco ruso es notablemente superior al garantizado por el de la compañía Janssen (entre un 66 y un 72%) y el de AstraZeneca (entre un 62 y un 90%)

Una de las grandes ventajas de la Sputnik V ante otros compuestos contra el coronavirus es su efectividad en personas de avanzada edad, en la que ha hecho hincapié el Centro Nacional Gamaleya de Investigación en Epidemiología y Microbiología. Los resultados preliminares han arrojado que la protección en individuos de más de 60 años es aún mayor que en otros colectivos, al situarse en el 91,8%.

La efectividad en este colectivo es especialmente relevante tras las incógnitas surgidas la última semana sobre la protección brindada a mayores de 65 años por el medicamento de AstraZeneca, que algunos países desaconsejan en esa franja de edad.

Al igual que el resto de los sueros contra la COVID-19, el ruso debe administrarse a mayores de 18 años, salvo el de Pfizer, recomendado por encima de los 16.

Temperatura de conservación

Vacuna de Moderna contra el coronavirus, REUTERS

Otra de las grandes ventajas del fármaco ruso es la temperatura a la que se conserva, entre 2 y 8ºC. Es la misma a la que deben mantenerse los de AstraZeneca y Janssen, lo que facilita el transporte para su distribución y su administración. Por el contrario, las antídotos de Moderna y Pfizer necesitan mucho más frío para preservar sus cualidades, lo que añade unas dificultades logísticas considerables: -20 grados la primera y entre -70 y -80 la segunda.

Necesarias dos dosis

Al igual que la mayoría de las vacunas desarrolladas hasta ahora, la Sputnik V requiere de dos dosis para una inmunización completa; solo para la de Janssen basta con una. La mayor diferencia entre las demás es el tiempo que debe transcurrir antes del segundo pinchazo: en el caso del medicamento ruso, es de 21 días; igual que en el de Pfizer.

Algo más largo es el tiempo que debe pasar entre las dos dosis de Moderna (28 días) y todavía más entre las de AstraZeneca, entre cuatro y doce semanas.

Precio

Vacuna Pfizer contra el coronavirus

El precio para las dosis de las vacunas es amplia y la Sputnik V se sitúa en un término medio. La más barata es la de AstraZeneca, que ronda los 306,2 pesos argentinos, y la más cara resulta la de Moderna, que supera los 2217,89 pesos argentinos. Entre ambas se sitúan la rusa ($844,91), la de Janssen ($887,16) y la de Pfizer ($1637,02).

Técnica basada en un adenovirus

La Sputnik V se basa en dos tipos de adenovirus del resfriado humano, modificados con información genética del SARS-CoV-2 y atenuados. En la primera dosis, se inocula uno y, en la segunda, el otro. El uso de dos vectores distintos en ambos pinchazos puede ayudar a crear una respuesta inmunitaria más potente, ya que minimiza el riesgo de desarrollar resistencia al inicial, según los responsables del fármaco.

También en esta técnica se basa el compuesto de Janssen, que emplea un adenovirus similar al de la primera dosis de la Sputnik V. Por su parte, AstraZeneca ha utilizado un virus del resfriado común, pero de los chimpancés, en vez de los humanos.

Laboratorio Astrazeneca, Reuters.

Por el contrario, Pfizer y Moderna han usado una técnica completamente diferente para desarrollar sus sueros, basados en ARN mensajero. Estas vacunas enseñan a las células a producir una proteína, o incluso una porción de una proteína, que desencadena una respuesta inmunitaria dentro del organismo. Así, se producen anticuerpos que protegen de infecciones si el virus real ingresa».