Kicillof prepara la declaración de «emergencia» para la provincia

El proyecto será enviado los próximos días a la Legislatura y será el primer test político para el gobernador que no tiene mayoría en el Senado.

El gobernador bonaerense, Axel Kicillof, trabaja en el proyecto de ley para declarar la emergencia en la provincia. Lo enviará a la Legislatura en los próximos días. En paralelo busca iniciar conversaciones con los bonistas provinciales para renegociar la deuda en coordinación con el gobierno nacional.

Kicillof enviará un proyecto de emergencia único que comprenderá las distintas áreas que están en esa situación como economía, salud, educación y producción, para ser tratado en sesiones extraordinarias. Y le pidió «responsabilidad» en este sentido a Cambiemos para acompañar esa iniciativa porque aseguró que la situación es «crítica».

No se trata de una herramienta nueva: su antecesora, María Eugenia Vidal, gobernó «en emergencia». A lo largo de su gestión declaró y renovó anualmente esa declaración en materia de seguridad, en infraestructura y en lo administrativo-tecnológico. La mandataria la usó para agilizar procesos de compra y contrataciones sin pasar por todos los organismos de control del Estado, pero también para realizar contratos «autónomos» por fuera de la Ley 10.430, que fueron fuertemente repudiados por los gremios estatales.

En su primer contacto con los periodistas acreditados en la Gobernación, Kicillof dijo que espera la definición en cuestiones económicas centrales con el gobierno nacional, como la renegociación de la deuda provincial, para ultimar los detalles y enviar el proyecto a la Legislatura bonaerense.

La deuda está en la agenda «urgente», ya que el primer vencimiento opera en enero y es por 570 millones de dólares. Se trata de un bono de 260 millones de dólares con el ANSES, que vence el 17 de enero; otro por 277 millones que vence el 26 de enero, más dos vencimientos menores por 26 mil euros y 24 mil dólares.

En su discurso de asunción, Kicillof criticó a Vidal por haber “quintuplicado” la deuda provincial y detalló que deja obligaciones para afrontar por 8800 millones en los próximos cuatro años, contra los 5300 que la ex mandataria heredó del gobierno de Daniel Scioli.

Tras el desembarco del nuevo gobierno, los bonistas extranjeros comenzaron a organizarse para negociar con el nuevo gobierno: esta semana emitieron un documento conjunto pidiendo «diálogo» para anticiparse a los «potenciales desafíos de liquidez que la Provincia podría enfrentar el próximo año». Desde el gobierno confirmaron que quieren negociar «lo antes posible» con los bonistas de la provincia y que «hay voluntad de pago pero no en los términos en que había acordado la gestión anterior». Y aclararon que todo debe ser coordinado con la estrategia de renegociación que lleve adelante Alberto Fernández.

El estado de las cuentas bonaerenses quedó en el centro de la polémica esta semana, luego de que Kicillof asegurara en su discurso de asunción que los 25 mil millones de pesos que Vidal dejó en caja «no alcanzan» para pagar las obligaciones de diciembre, es decir, sueldos, aguinaldos, jubilaciones, pensiones, medicamentos, que totalizan alrededor de 40 mil millones de pesos.

Funcionarios de la ex gobernadora salieron al cruce de Kicillof diciendo que en la caja había 33 mil millones de pesos «más fondos adicionales en dólares» y postearon un «certificado de saldos» certificado por la Escribanía General con fecha 10 de diciembre.

A raíz de esto, Kicillof le advirtió a la flamante oposición que dejen las agresiones y las chicanas y que «cuiden» a la ex gobernadora. «Fui lo más riguroso posible y hablé en base a la información pública que dio en la rendición de cuentas», sostuvo, y dijo que espera que “acompañen respetuosamente” en la Legislatura ya que está claro que hay una provincia “en emergencia”.

El otro conflicto abierto que dejó Vidal es la deuda flotante, que es centralmente con proveedores: de IOMA, de cárceles, de hospitales. La estimación del nuevo gobierno es que asciende a 50 mil millones de pesos.

El caso de IOMA es paradigmático: la obra social tiene deuda millonaria con los prestadores que viene de hace seis meses. Sólo de medicamentos especiales, como los oncológicos, se adeudan 3600 millones de pesos. El ministro de Salud bonaerense, Daniel Gollán, aseguró que hay un faltante de caja de 4700 millones de pesos y dijo que encargarán «una auditoría» para saber «dónde están esos fondos», ya que corresponden a los aportes de los trabajadores estatales.  «