Si no lo hicimos mejor es porque no pudimos, no porque no quisimos»

—Se cumplen este diciembre tres años del gobierno de Mauricio Macri y de su gobierno. ¿Está mejor o peor de lo que esperaba cuando asumió?

—Son 1098 días. Creo que en personalidades como la mía o la del Presidente, aun cuando todo estuviera mucho mejor desde el punto de vista económico, nunca alcanza. Yo soy plenamente consciente de que este fue un año difícil para los argentinos y para los bonaerenses. Sí lo que sé y de lo que no tengo dudas es que yo di en estos tres años lo mejor de mí. Después la gente evaluará si alcanzó o no alcanzó. Pero que no me guardé nada y que todo lo que pude hacer para acompañar a la gente en este año difícil lo hice, de eso no tengo dudas.

—¿Y usted considera que los bonaerenses creen que alcanzó o que no alcanzó?

—Depende de qué. Si uno mira en relación con 2015 sin duda en muchos aspectos hay una provincia distinta. En 2015 hubiera sido impensable que hubiera mafiosos presos, desde jefes de barrabravas hasta sindicalistas o jueces o fiscales que convivían con el delito. Hoy casi no hay barones del Conurbano y a partir del 2023 no va a haber más. Era impensable que la gobernadora y todos los funcionarios presenten su declaración jurada y sea pública, y que cualquiera la pueda ver. Hay muchas cosas que eran impensables tres años atrás y están sucediendo.

—La UCA difundió el índice de pobreza del tercer trimestre del 2018: 33,6%, la más alta de la década. Macri dijo antes de arrancar su gestión que quería que lo midan por el combate a la pobreza, y que si no bajaba habrá fracasado. ¿Podemos hablar de un fracaso de Macri?

—Yo esperaría a ver cómo cierra su período…

—Los números incluso pueden ser peores…

—Bueno, también puede ser mejor. Yo esperaría a que termine su gestión para hacer el balance. Pero sin duda hay cosas que ya se pueden ver. Yo camino los barrios pobres hace más de 10 años todas las semanas de mi vida. La pobreza no es algo que me sorprenda. Es doloroso. Cada cifra duele. Lo que duele es cuando recorrés, saber lo que está detrás de la pobreza. Hubo un cambio profundo, que en la provincia de Buenos Aires está sucediendo, que primero tiene que ver con esto de que la pobreza no es solo el ingreso. Cuando vos hacés un asfalto a alguien, que para ir a la escuela tiene que poner las zapatillas en una bolsa, y los días que llueve tiene que salir de su casa, yo no sé si esa persona es igual de pobre. Lo mismo la cloaca, el agua potable. La pobreza tiene muchas facetas, hay una que es clave y tiene que ver con recuperar la dignidad.

—¿Pero no cree que es un retroceso que este diciembre, después de tres años de gobierno, y después de las promesas con las que llegó este proyecto, estemos hablando de esos índices de pobreza, los más altos de la última década?

—Creo que es consecuencia de un año difícil, y que todos lo esperábamos cuando esto empezó a pasar en marzo. Cambiaron nuestras prioridades. Y nuestras prioridades fueron, en función de lo que venía pasando, muy claras. Hicimos tres refuerzos en partidas sociales. Cuidamos el poder adquisitivo de los trabajadores y los jubilados. Todo lo que hicimos por las pymes. También es clave haber sostenido el trabajo. En tres años no hicimos ningún despido masivo en el Gobierno de la Provincia. Y después sostener el empleo de obra pública, porque las obras estaban en riesgo de ser paradas.

—¿No se pararon las obras?

—No.

—¿Y no se van a parar las obras?

—Las que estaban en ejecución y habían empezado hasta julio nosotros las sostuvimos.

—¿Hay obras planificadas que no se van a hacer en la Provincia?

—Las que estaban planificadas están esperando, si hay actualización del Fondo del Conurbano se van a hacer, y si no, como somos responsables, van a esperar a que esa actualización se dé. Lo que sí hicimos fue no empezar obras nuevas mientras no estuviéramos cien por ciento seguros de que la existente se podía garantizar. Yo he sido muy insistente con todo el equipo que lo que empieza se termina.