«Tenemos que sentarnos a dialogar y prestar menos atención a los profetas del odio»
En horas previas a la tensa reunión convocada a la Mesa de Enlace en la Casa Rosada, el presidente Alberto Fernández envió un fuerte mensaje al campo e instó a los productores y exportadores a «sentarnos seriamente a ver cómo construimos a partir del diálogo y prestar menos atención a los profetas del odio» que dijo, «cuando quiero defender la mesa de los argentinos hablan de una nueva guerra contra el campo».
En un duro discurso con críticas a la oposición, durante un acto en Tucumán ante empresarios, gremios y buena parte del gabinete nacional, junto al gobernador peronista, Juan Manzur, Alberto salió a aclarar que «no estamos peleándonos con nadie» sino que el objetivo del gobierno es «terminar de una vez por todas con la misma discusión de siempre»
En ese marco, volvió a cuestionar a los sectores más críticos del campo que advirtió: «Cuando uno dice ‘quiero preservar la mesa de los argentinos’ ellos dicen que queremos una nueva guerra con el campo o que queremos terminar con los biocombustibles».
«Cuando decimos: queremos revisar esto, es que queremos hacerlo mejor, queremos que produzcan más y den más trabajo», arremetió.
En ese marco, el Presidente enfatizó: «No me asusta el debate, me asustan las mentiras de los que impregnan de mentiras a los argentinos«, y en referencia a dirigentes de Juntos por el Cambio, aunque sin dar nombres, ironizó: «No sé cómo pasó que hace 20 días atrás yo era el envenenador serial. Ahora no sé como pasó, pero me piden por favor que consiga veneno para todos los argentinos. Es el país que nos tocó en suerte, pero somos muchos más la gente decente, que quiere un país más digno e igualitario y vamos a ganarle a los otros«, señaló en réplica a las críticas que recibió por comprar la vacuna rusa Sputnik V.
El Presidente dijo que «no podemos caer por enésima vez en la misma discusión, en el problema que siempre nos ha complicado que es cuando Argentina crece, crecen las exportaciones y crecen los precios. Tengo que cuidar la mesa de los argentinos».
Tras poner como ejemplo lo que sucede con «la industria textil y los precios del maíz, el trigo y de la carne porque China ahora importa carne con hueso, dijo que le «alegra que estos precios internacionales crezcan y crezcan las exportaciones», pero pidió que «no se vuelva en desmedro de los argentinos».
Y volvió a advertir: «Uno no quiere ejercer la espada del poder, pero debemos ser capaces de entender que no podemos volver a tropezar con la misma piedra. No puede ser la misma discusión que yo tuve hace años atrás y antes la tuvieron otros. En esta tarea tenemos que unir los esfuerzos, los que producen, los trabajan y el Estado».
Aclaró que «no estoy peleándome con nadie, ni con los textiles, ni con los productores de trigo, ni de maíz, ni con las aceiteras ni con los ganaderos. Expreso mi preocupación por la gente que está en una situación más delicada y quiero creer que vivo en una sociedad quiere ayudar a los que están mal».
El presidente formuló esas declaraciones al cerrar un evento donde hablaron varios ministros del gabinete económico, entre ellos Martín Guzmán, Matías Kulfas y Claudio Moroni sobre la convocatoria al diálogo económico y social y el acuerdo de precios y salarios para los que convocó el Gobierno a gremios y empresarios, en línea con la inflación pautada del 29% para este año en el presupuesto nacional.
También disertaron el titular de la CGT, Héctor Daer y el titular del Banco Nación, Eduardo Hecker, el ministro de Interior, Wado De Pedro, el canciller Felipe Solá y el embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli, y el gobernador Manzur.
Todos coincidieron, ante empresarios del NOA y el NEA en la necesidad de que el Estado impulse políticas para aumentar las exportaciones pero en equilibrio con los precios en el mercado interno, para que según dijo Guzmán, «el salario tenga un crecimiento real», como uno de los objetivos principales del Gobierno