Los 26 más ricos tienen lo mismo que 3.800 millones de personas

Etiopía es uno de los países más grandes de África. Tan grande como la pobreza de sus habitantes: el 80% vive con menos de dos dólares por día, la mortalidad infantil es una de las más brutales del mundo y la esperanza de vida apenas llega a los 60 años. Pero su presupuesto de salud anual es el 1% de la riqueza que tiene Jeff Bezos, el dueño de Amazon, que el año pasado llegó a los 112.000 millones de dólares. Es uno de los datos más impactantes del informe de la prestigiosa ONG Oxfam Internacional.

El informe fue presentado pocos días antes del Foro de Davos, que desde este viernes reunirá a empresarios, economistas y presidentes de todo el mundo.

Según el informe, la riqueza de los multimillonarios aumentó 900.000 millones de dólares en 2018. Nada menos que 2.500 millones de dólares por día. Así, entre 26 ricos, reúnen la misma “fortuna” que la mitad de la población mundial: 3800 millones de personas.

Lo más brutal es que ese contraste va aumentando, a pesar de la crisis económica que sacude a muchos países. En el mismo período los ingresos de la población más pobre cayó un 11%, según el informe. Las mujeres y niñes, como siempre, los que están peor.

En un fragmento del informe, Oxfam concluye que «los ricos se benefician no solo de una fortuna en plena expansión, sino, también, de los niveles impositivos menos elevados desde hace décadas». Así desmiente los ridículos argumentos liberales, como los que encarnan en nuestro país mediáticos economistas como Milei y Espert.

En América Latina y el Caribe la fortuna de los multimillonarios aumentó en un 10% en 2018 (36.000 millones de dólares) y asciende a 414.000 millones de dólares, un monto mayor al PIB de casi todos los países de la región, salvo Brasil, México y Argentina.

Según el informe, «el 10% de los más ricos paga solo un 4,8% de impuesto sobre la renta, aunque debería pagar en promedio un 28%». Oxfam calcula que «con el dinero que las empresas dejan de pagar cada año por beneficios fiscales en el impuesto sobre la renta se podría contratar a 93.000 médicos en Guatemala o 349.000 en Brasil, construir 120.000 viviendas en la República Dominicana o 70.000 en Paraguay y contratar a 94.000 docentes en Bolivia o 41.000 en El Salvador».

Sin ir más lejos, solo en los primeros meses de 2018 la desigualdad entre los argentinos más ricos y los más pobres aumentó de 17 a 20 veces. Luego siguió creciendo al calor de la devaluación, inflación y ajuste. Lo reconoce el mismo Estudio sobre la Evolución de la Distribución del Ingreso del INDEC.

Parece que lo que realmente crece con el macrismo es la desigualdad.

Esos niveles de desigualdad y pobreza ya eran muy fuertes durante el kirchnerismo, que terminó su mandato con un 29,7% de pobreza (según la CTA y la UCA). El contraste con la riqueza de los grandes empresarios tampoco es algo que llegó de la noche a la mañana. Según Forbes, «las 50 mayores fortunas de la Argentina atesoran un patrimonio de US$ 70.000 millones”. Para tener una idea: 5 veces la suma de los fondos para Salud, Educación y Obras públicas votados en el Presupuesto 2019.

Algunos de esos empresarios serán parte de la comitiva que este viernes estará en Davos. Junto a Nicolás Dujovne y Guido Sandleris estarán Sebastián Bagó (Grupo Bagó), Alejandro Bulgheroni (Bridas), Marcos y Juan Martín Bulgheroni (Pan American Energy), Martín Eurnekian (Corporación América) y Eduardo Elsztain (IRSA).

Pobreza y rabia

Como conclusión más política, la titular de Oxfam Winnie Byanyima dijo al presentar el informe que «el abismo que aumenta entre ricos y pobres penaliza la lucha contra la pobreza, perjudica la economía y alimenta la rabia en el mundo».

Quizás la rebelión de los chalecos amarillos en Francia, las huelgas en Zimbawe, Hungría o las maquilas de México son muestras anticipatorias de esa “rabia” que siguen alimentado los ricos cuando intentan que el pueblo trabajador pague su crisis.

La barbarie y decadencia a la que nos conduce el capitalismo no se puede resolver solo con impuestos, como plantea Oxfam. Tampoco con el plan de “remediar” la pobreza como plantean el kirchnerismo y las distintas variantes del peronismo.

La única salida realista la plantea el Frente de Izquierda. Hay que terminar con la pobreza, expropiando a los 4 mil terratenientes y grandes empresas agroindustriales; nacionalizando la banca para terminar con la especulación y la timba financiera; estatizando los servicios públicos y anulando los tarifazos; dejando de pagar la fraudulenta e ilegítima deuda externa para destinar esos fondos a salud, educación y vivienda; repartiendo las horas de trabajo entre ocupados y desocupados con un salario igual a la canasta familiar, y todas las medidas que permitan terminar con el saqueo de un sistema social donde unos pocos concentran la riqueza mientras millones son condenados a la miseria.