Desarticulan escrache en redes sociales en La Plata: el “hacker”
El autor había creado perfiles falsos en FB, IG y casillas de correo. Así hostigaba a la víctima pidiendo exorbitantes sumas de dinero. Un abogado impulsó la denuncia con un perito informático. Detectó el IP de las publicaciones, logró secuestrar los dispositivos y frenar las graves amenazas. Ahora va por una millonaria demanda civil por daños y perjuicios. Una historia única de la que nadie está exento
Una acción judicial sin precedentes a través de un abogado de La Plata que formuló una denuncia penal con la intervención de un perito informático, logró ubicar el autor de los denominados escraches o extorsiones a través de las redes sociales, con las que mantenía atemorizado a la víctima, mediante graves amenazas y pedidos de sumas de dinero exorbitantes.
La denuncia impulsada por el letrado Gonzalo Escaray ante la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) III de La Plata posibilitó detectar el IP del autor de los hostigamientos. La justicia allanó su domicilio de Vila Elisa donde se secuestraron celulares, computadoras y tablets.
Los investigadores judiciales comprobaron que las publicaciones y amenazas provenían de mensajes escritos en esos soportes a través de las redes Facebook e Instagram, con múltiples perfiles y de numerosas cuentas de correo electrónico -con casillas falsas-, abiertas con el mismo objetivo, de amedrentar a la víctima.
El autor de los escraches en redes sociales terminó detenido. Y de esta manera el escrache quedó desarticulado, que era el principal objetivo que perseguía la víctima junto a su abogado, el doctor Escaray.
Las acciones judiciales llevadas adelante adquieren un enorme significado por la frecuencia con la que se viene dando esta modalidad delictiva a través de “hackers” que se ocultan en falsos usuarios y perfiles para hostigar a sus víctimas a través de las redes digitales. Y además, porque los damnificados de este tipo de maniobras por lo general en su desesperación no saben a quién acudir o cómo actuar.
En este caso puntual, la fiscalía y el juzgado de garantías establecieron que, al no haberse entregado sumas de dinero por parte del damnificado, se consideró que no existió “extorsión “sino el delito de “acceso indebido al sistema informático derivado de los hackeos contemplado en el art 153 bis del código penal”.
Luego de la acción impulsada en sede penal, el abogado Escaray tramita por estas horas una demanda civil en los tribunales de La Plata contra el autor del escrache en redes sociales, que, al haber sido identificado en la causa penal, la misma podría ser millonaria por los severos daños y perjuicios sufridos contra su nombre y honor, y el de su familia.
El caso, paso a paso
A partir de un conflicto entre integrantes de un fideicomiso destinado a la construcción de edificios en la ciudad de La Plata, uno de los adquirentes de dos unidades funcionales ante la demora en la entrega de sus departamentos realizó de manera anónima múltiples acciones dirigidas a escrachar al constructor del edificio por redes sociales, creando múltiples usuarios de Facebook e Instagram y casillas de correo falsas y de esa manera agredir, amedrentar y difamar a la víctima y su familia.
Si bien existía sospecha acerca del autor de estas maniobras, el abogado Gonzalo Escaray aconsejó la intervención de un perito que logre identificar el origen de las publicaciones. Y así finalmente ocurrió, siendo que se localizó el IP donde se generaron los perfiles falsos, el hackeo de correo electrónico y las publicaciones de Facebook e Instagram.
Tras las acciones penales y civiles llevadas adelante, el abogado Gonzalo Escaray señaló a la Agencia Fueros que “se trató de un caso muy particular y de éxito para mi Estudio, ya que los escraches eran constates y de manera anónima. Pese a que sabíamos acerca de quien estaba detrás necesitábamos más pruebas para realizar la denuncia, por lo que fue muy importante contar con un perito que colabore en la investigación particular que hicimos, logrando entonces rastrear el IP, empresa proveedora del servicio y con ello la identidad del escrachador.
El perito pudo acceder a la red hogareña del autor desde la puerta de su domicilio, detectando además maniobras de hackeo a la casilla de mail desde Villa Elisa (localidad donde reside la persona sospechada).
Una vez obtenida la prueba necesaria, el doctor Escaray radicó una denuncia penal por extorsión a fines del año 2019, ya que previo a los hackeos el encargado de los escraches se había comunicado con su cliente exigiéndole sumas de dinero exorbitantes advirtiéndole justamente que lo escracharía si no le abonaba ese dinero.
Si bien la pandemia genero muchos atrasos en la investigación que estuvo a cargo de la UFI N.º III a cargo entonces del fiscal Marcelo Martini, se obtuvieron diversas declaraciones de testigos, que dieron detalle acerca del conflicto y de las características personales del autor de los escraches y se incorporó la pericia informática realizada.
Con la prueba reunida, la fiscalía y el juzgado de garantías realizaron un allanamiento en la casa de Villa Elisa del autor, donde se secuestró abundante material (computadoras, tabletas y celulares) Allí también se concretó la aprehensión del autor de los escraches.
Si bien no se pudo pericia un celular por el mal estado que se encontraba, se hallaron las publicaciones realizadas y otros datos que impidieron continuar con los escraches.
Al no haberse entregado sumas de dinero, la fiscalía consideró que no existió “extorsión” que era el encuadre legal que se pretendía para arribar a una potencial condena más severa. El fiscal dio la calificación por el delito de “acceso indebido al sistema informático” derivado de los hackeos contemplado en el art 153 bis del código penal.
Al individualizar al autor, siendo muy baja la pena estipulada para ese delito, el abogado Escaray inició acciones civiles por daños y perjuicios que se encuentran actualmente en trámite. En la última semana, el letrado interpuso importantes medidas de prueba.
En primera persona
Además de las dificultades en este tipo de casos para la identificación del autor, por sus múltiples perfiles falsos y anónimos, el abogado Gonzalo Escaray contó a la Agencia Fueros que en este expediente puntual “nos encontramos inicialmente con una gran inacción de parte de la Fiscalía en parte por la pandemia y por otro lado por desinterés, hasta que con un nuevo fiscal se actuó con gran celeridad ordenándose el allanamiento y secuestro de aparatos electrónicos”.
El fiscal que llevó luego todas las medidas de prueba fue el actual fiscal en turno de La Plata, Juan Menucci. “En casos como estos en los que nos toca representar a las víctimas de escraches debemos analizar muchas cuestiones, siendo que no es lo mismo cuando se realizan de manera anónima, es decir desde perfiles falsos, que cuando se hace de un perfil real o bien si tiene lugar un hackeo o intromisión indebida a una casilla de correo”, expresó el letrado Escaray.
“Tengamos en cuenta que el hackeo se traduce en un delito de penas muy bajas, siendo el máximo de seis meses, aunque según el daño que genere se podrán iniciar acciones civiles buscando una reparación económica que puede ser muy cuantiosa”, enfatizó el abogado.
Ilustrando siempre sobre el tenor de esta modalidad delictiva, Escaray sostuvo que “si hablamos de escraches, según el contenido de los mismos y las acciones previas, pueden derivar en una querella por calumnias e injurias o bien en una denuncia extorsión, ello si de manera previa se exigió entregar dinero o suscribir un documento como condición para evitar ese escrache”. Y añadió: “En casos como esos se ha logrado la aprehensión del extorsionador e incluso su prisión preventiva dado que la pena contemplada es de 3 a 8 años”.
“Mi consejo es guardar todas las pruebas, certificarlas y acudir a un abogado de confianza para que lo oriente respecto a qué camino tomar sea querella o denuncia y acompañarlo como querellante o particular damnificado en la misma y sobre todo actuar con rapidez para bajar las publicaciones”, concluyó el doctor Escaray, quien precisamente intervino en esta causa en el rol del particular damnificado.
Fuente: Fueros -Agencia de Noticias-