Masacre en San Miguel del Monte
Los jóvenes que iban en el Fiat 147 que se estrelló contra un camión estacionado mientras los perseguía y baleaba la policía de San Miguel del Monte tenían entre 13 y 22 años y solían juntarse en la zona de la costanera en su tiempo libre para rapear y andar en skate. El último video que llegaron a grabar los muestra arriba del auto, riendo a carcajadas. Según contaron sus familiares, Danilo Saone (13), Gonzalo Domínguez (14), Camila López (13) y Rocío Guagliarello (13, única sobreviviente) eran compañeros de clase en la Escuela Media de San Miguel del Monte y conocían al conductor del Fiat, Aníbal Suárez (22), porque era el primo de otro compañero.
Danilo “era un chico bueno, jugaba a la pelota, a los autitos, iba a la escuela. No robaba, no tomaba alcohol, no se drogaba”, detalló su papá con bronca y dolor tras la muerte de su hijo. Ese domingo, su hijo “salió en la patineta como todas las noches, siempre hacía ese mismo recorrido porque es un pueblo tranquilo”, para encontrarse con Gonzalo quien, según contó su mamá, le había pedido permiso esa noche para encontrarse a las 10 de la noche con Danilo y rapear en la plaza. Como la mujer estaba cansada y al otro día pensaba visitar a su marido, que está internado en La Plata, se fue a dormir y recién se despertó a las 2 de la mañana, cuando advirtió asustada que su hijo no había vuelto y la noticia sobre un “accidente” ya circulaba por algunos portales. “El corazón me decía que mi hijo podía estar ahí. Yo pensaba ‘Gonzalo, Dios mío, este guacho que no viene. Lo voy a matar cuando llegue’”, contó.
Camila y Rocío también estaban juntas, ya que según contó la mamá de Camila, la adolescente había pedido permiso para que Rocío se quedara a dormir esa noche. “Ella me había pedido que su amiga Rocío, que es la que está luchando por su vida (internada en el Hospital El Cruce, de Florencio Varela), se quede en mi casa”, relató la mujer, que había salido de trabajar a las 21. “Tipo 10 y pico Camila se levanta de la cama porque me dice ‘llegó Rocío’. Escucho que sale, escucho que entran a las carcajadas. Se quedan en la cocina de mi casa, las sigo escuchando. Las escucho todo el tiempo porque mi casa es muy chiquita y escucho cómo hablan, cómo se ríen”, contó la mujer sobre los últimos recuerdos que tiene de las adolescentes, que a las 23:30 fueron vistas por su cuñado sentadas adelante de la casa, para usar el wifi del vecino.
Aníbal, el joven de 22 años que conducía el auto, había llegado de Misiones, donde vive su madre, y se encontraba trabajando en Monte para juntar dinero y poder pagar un auto que le había comprado a su tío. Según relató Hugo, el tío que le había dado el auto, Aníbal le tenía miedo a la policía porque hace unos días lo habían parado, le habían pedido una coima y le habían sacado 4 mil pesos que el joven había ahorrado para el auto.