La mitad del Senado apoya la fórmula Fernández-Fernández
La precandidatura de Pichetto también modifica alineamientos. Bloque por bloque, cómo quedan las bancadas de cara a las elecciones.
Cuando José López y sus famosos bolsos quedaron filmados para siempre en la madrugada del monasterio de General Rodríguez, en el invierno de 2016, en el Senado de la Nación, el bloque kirchnerista —conservando la denominación FpV-PJ— se reducía a un puñado de mujeres (entre ellas, la santafesina María de los Ángeles Sacnun). Resistentes, aguantaron los trapos, en soledad, contra un clima político adverso, asfixiante. Luego, en diciembre de 2017, llegó la jefa del movimiento a la Cámara alta vía Unidad Ciudadana, luego de perder 41 a 37,5 por ciento en la provincia de Buenos Aires, contra la fórmula liderada por Esteban Bullrich. Y el bloque de las mujeres K se amplió a ocho miembros, con un único varón, Marcelo Fuentes, ungido titular de la bancada.
En 2016, la amplísima mayoría de senadores peronistas se agruparon detrás del liderazgo de Miguel Pichetto, que condujo, por dos largos años, el bloque mayoritario de la cámara: justicialista, con muy buena llegada a la Casa Rosada y refractario al pasado K. De algo estaban convencidos los senadores que responden a los gobernadores peronistas: el cristinismo era una experiencia política terminada, había que huir de esa caracterización. Y con rapidez.
Sin embargo, tres años después de aquel junio de 2016, en el actual junio de 2019, unos 36 senadores nacionales (el 50 por ciento del total de la Cámara, de 72 miembros) apoyarán la fórmula presidencial Alberto Fernández-Cristina Fernández, para las presidenciales de agosto y de octubre.
CFK pasó —en tres años— de tener el 90 por ciento de la Cámara en contra, a contar con el apoyo explícito a la fórmula presidencial que integra de la mitad de los senadores actualmente existentes. Número que, posiblemente, se amplíe, luego de las elecciones y del recambio del próximo 10 de diciembre. Cuando ingresen los nuevos 24 senadores, donde es probable que se amplíe el kirchnerismo en el Senado.
En el caso de ganar los Fernández, la sumatoria en interbloque (o tal vez bloque unificado) del actual «Justicialista» con el «kirchnerista» que integra CFK, y otros bloques provinciales que adhieren, estaría muy cerca de constituir quórum propio.
Con todo, el oficialismo de Cambiemos y aliados, en paridad con el peronismo-kirchnerismo, contará con 33 senadores que impulsen la fórmula Macri-Pichetto. Finalmente, Lavagna-Urtubey, por ahora, están sumando tres senadores.
Efectos no deseados
La inesperada salida del Pichetto del bloque Justicialista para sumarse a la fórmula presidencial con Mauricio Macri produjo mucho impacto. Si bien las grietas en el bloque ya se evidenciaban desde lejos, lo cierto es que el rionegrino conservaba ese sitio formal de articulador principal.
La cooptación del gobierno nacional a Pichetto conmovió al bloque, y como un medicamento mal administrado al paciente equivocado, provocó un efecto paradojal: 17 de 21 miembros del bloque Justicialista, tras la salida de Pichetto, comprometieron el apoyo a la fórmula Fernández-Fernández. Incluido el santafesino Omar Perotti, que, en exclusiva para La Capital, por primera vez confirmó su apoyo a la fórmula diseñada por la ex presidenta, y que la incluye.
Del bloque que tuvo bajo el ala de Pichetto, tres senadores se estarían inclinando por la fórmula Lavagna—Urtubey, el hermano salteño del candidato a vice, Rodolfo Urtubey, la también salteña María Cristina Fiore y el catamarqueño Dalmacio Mera. Finalmente, el interminable Carlos Menem, y Carlos Espínola, el ex deportista correntino, que integran ese bloque, podrían jugar para el binomio de la Casa Rosada.
Reconciliados
El grueso de los «reconciliados» con Cristina tributaban al bloque de Pichetto, ahora conducidos por Carlos Caserio, el presidente del PJ de Córdoba. A diferencia de su jefe político —el gobernador reelecto Juan Schiaretti, que promueve la prescindencia en la categoría presidencial— lo primero que dijo Caserio al asumir la titularidad del bloque Justicialista fue: «trabajaré para la fórmula FF».
Por lo demás, hay reconciliados con la ex presidenta por fuera del espectro PJ. Como el caso de Fernado Pino Solanas, actual senador, y primero en la lista de candidatos a diputados nacionales por la Capital Federal, por el Frente de Todos. Integrará la boleta con Alberto F y Cristina, en agosto y octubre. O María Odarda, Río Negro, que ingresó por el Frente Progresista al Senado en 2013, y se sumó luego al actual Frente de Todos.
La Pampa, Entre Ríos, Formosa, Tucumán, Río Negro, San Juan, y por la reciente visita del candidato Alberto F, también los dos referentes del partido provincial Frente Renovador de la Concordia, de Misiones, entre otras provincias, estarían apoyando mayoritariamente al Frente de Todos.
Otro tanto ocurre con Río Negro, que sin bien domina un partido provincial, Cristina cuenta allí con dos leales; Santiago del Estero, otra provincia que jugará con «boleta corta», sin embargo, el líder provincial, transversal, Gerardo Zamora dio su expreso apoyo a FF. También la provincia del Chubut tendría a sus tres senadores actuales apoyando a los Fernández.
Por lo demás, el Frente de Todos contabiliza a la senadora María Eugenia Catalfamo, que responde a Alberto Rodriguez Saá, reelecto gobernador de San Luis.
La recomposición del peronismo «ampliado» en el Senado, incluido el kirchnerismo, en el Frente de Todos, cuenta con chances lograr quórum propio para lo que se viene en la Argentina, a partir del próximo 10 de diciembre. Los bolsos de López han quedado muy lejanos, y el kirchnerismo goza de buena salud.