Preparan una visita de Alberto Fernández a la Casa Blanca
Lo más probable es que el viaje se concrete poco después de la toma de posesión,aunque no se descarta que pudiera darse antes.
Representantes del presidente electo, Alberto Fernández, ultiman la fecha de una visita al mandatario estadounidense, Donald Trump, en la Casa Blanca, según supo ambito.com, la que se produciría en una fecha cercana a la ceremonia asunción, el próximo 10 de diciembre, precisó una fuente vinculada a esa gestión.
Lo más probable es que el viaje se concrete poco después de la toma de posesión, pero la fuente no descartó la posibilidad de que, incluso, pueda darse poco antes de ella, dependiendo de ambas agendas.
El diálogo entre emisarios de uno y otro se aceleró desde el triunfo del peronista el domingo 27 de octubre. Aunque hay conciencia de las diferencias que los separan en temas sensibles como el de Venezuela, hay “mucha confianza” en que se pueda entablar una relación satisfactoria, según surge de los contactos en curso.
Una visita de Alberto Fernández a la Casa Blanca sería un gesto importante hacia el mercado en el sentido de que habrá apoyo estadounidense a una rápida renegociación del acuerdo Stand-by con el Fondo Monetario Internacional (FMI), vigente en lo formal, pero caído de hecho.
Eso, a su vez, sería crucial para avanzar en la reprogramación de los vencimientos con los acreedores privados del país y para despejar de ese modo el peligro de un default generalizado.
Durante la campaña, Trump evitó expresar su preferencia por Mauricio Macri, algo que el albertismo ponderó. Asimismo, ni bien se concretó el triunfo del peronista, se conocieron inmediatas felicitaciones oficiales que contrastaron, por ejemplo, con la hostilidad mostrada por el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, quien confirmó este viernes que no vendrá al país para asistir a la asunción del presidente.
La declaración del secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, respecto de la necesidad de que el país ponga en orden su vínculo con el FMI fue considerada por algunos analistas como una presión de Estados Unidos, pero el albertismo lo tomó como una expresión de la prioridad que da la Casa Blanca, en el vínculo con el país, al encaminamiento de ese tema delicado dado el carácter de la Argentina de principal deudor del organismo.