El rojo que Vidal le deja a Kicillof
El rojo de este año llegaría a los 70 mil millones de pesos. Qué soluciones plantea el vidalismo. Las opciones que piensa el gobernador electo para comenzar su gestión.
Las reuniones de transición van por “carriles normales”, sostienen en sintonía desde los equipos de María Eugenia Vidal y Axel Kicillof. Los encuentros entre los equipos del gobernador entrante y los ministros de la actual mandataria fueron variados, hacen balances y comienzan con la radiografía que quiere tener el exministro de Economía para el comienzo de su gestión. Hacer cuentas no es nada fácil, ponerse de acuerdo en números tampoco. En la discusión por la deuda pública bonaerense, Kicillof y Vidal -durante la campaña- hablaron de dos números distintos: el gobernador entrante dijo que la cifra llega a los 12 mil millones de dólares, mientras la gobernadora saliente aseguró que son 9 mil millones de dólares. El endeudamiento bonaerense será uno de los ejes de discusión cuando Axel asuma el gobierno provincial, cómo así los planes de pago y las formas de saldar. Sobre ese plano, se abre una interrogante acerca de lo que será el Presupuesto 2020 que el economista diseñará para su primer año de gestión: ¿Pedirá a la Legislatura bonaerense autorización para endeudarse en cifras altas como lo hizo en sus años de gobierno? Por ahora, desde el entorno del gobernador electo no han dado señales para responder esa pregunta. La transición.
Desde la noche del 27 de octubre, Kicillof afirmó que Vidal le está dejando una Provincia que es “tierra arrasada”, una equivalencia que la propia gobernadora saliente dijo, allá en 2015, cuando dijo que Daniel Scioli le dejó una “Provincia quebrada”. Si bien Axel dijo que su gobierno no se va a encargar de echar culpas y va a trabajar desde el mismo instante que comience su gestión, es impensado que en varias oportunidades, al menos los primeros meses de gestión, se hable de la “herencia vidalista”. Sobre ese plano, surge un punto clave que, más allá del endeudamiento, será motivo de discusiones. Durante el encuentro que llevaron a cabo Carlos Bianco, el elegido por Kicillof para comandar a su equipo de transición y el jefe de Gabinete de Vidal, Federico Salvai, el tema de la deuda operativa para el cierre de ejercicio 2019 en las cuentas bonaerenses fue motivo de discrepancias. Las estimaciones previas del gobierno entrante se posaban en un rojo de 80 mil millones de pesos. No tan alejado de esa cifra, Salvai le confirmó a Bianco que por ahora ese rojo estaría rondando los 70 mil millones de pesos. Desde el vidalismo, hábiles en el armado de discursos, sostienen que el resultado operativo va a ser de 50 mil millones de pesos, pero siempre y cuando el gobierno nacional de Mauricio Macri habilite la actualización del Fondo del Conurbano para la Provincia, por 20 mil millones de pesos. Pero parece que el deseo de la tropa de Vidal simplemente será eso, dado que no hay señales de la Casa Rosada para saldar esa cuenta antes del cambio de gobierno. Las internas feroces que se volvieron a desatar entre La Rosada y Gobernación, producto de la derrota del 27 de octubre, hicieron que la relación entre Vidal y Mauricio Macri tenga otra herida. Las secuelas de la derrota.
Sobre este dilema, desde el vidalismo le sugirieron a Bianco “achicar ese rojo” mediante un préstamo del Banco Nación o del Banco Provincia. Bianco y el equipo de transición rechazan esa vía, sobre todo porque tienen otro ojo puesto en el déficit que tiene el Banco Provincia. “El BAPRO está al límite”, señalan desde el entorno del gobernador electo. Sin noticias del Fondo del Conurbano y sin avanzar sobre la gestión de estos créditos, el único camino que parece quedarle a Kicillof para enfrentar este rojo es pedir un “salvataje” a Alberto Fernández cuando asuma la presidencia de la Nación. De todas formas, fuentes del actual gobierno afirman que más allá del rojo, Vidal deja plata para pagar sueldos, aguinaldos y a proveedores. Dato no menor, apenas asuma Kicillof el 10 de diciembre, se comenzará a presentar el proyecto del Presupuesto y la Ley Fiscal 2020, las bases para el primer año de gobierno de Axel. El escenario económico.
Sobre este tablero, Kicillof no quiere perder el tiempo solo en análisis y diagnósticos. A medida que conocía los datos económicos de la Provincia, mandó a su equipo a diagramar un esquema para los primeros días de su mandato. Para evitar sobresaltos, al gobernador electo diagramó un “plan de urgencias” para los tres primeros meses de gobierno. Según fuentes de su entorno, se trata de “delinear políticas y medidas” para “atender las urgencias”, con el objetivo de “generar dinamismo a la economía” y “reactivar el consumo”. Lo que quiere Kicillof es “mostrar un gobierno que trabaja” desde las primeras horas de mandato. Se acerca el momento. En cuanto Vidal le entregue el bastón de mando comenzará una nueva etapa. No sólo política, con varias incertidumbres que surgirán, sino más bien económica, en una elección marcada con esa palabra y con un gobernador que viene de la carrera de Economía.-
Fuente: Cronos por Juan Alfaro