Alberto Fernández se asesora con Roberto Lavagna
Tuvieron una charla de más de una hora. El presidente electo cree que hay que dar señales rápidas apenas asuma.
El presidente electo piensa en figuras más jóvenes para ese ministerio caliente y que hoy es centro de cientos de conjeturas. ¿Hacia dónde irá el país? ¿Habrá reformas de fondo o maquillaje? ¿Logrará controlarse la inflación o se privilegiarán los salarios para que no sigan perdiendo frente a la escalada de los precios? ¿Se podrá arreglar con el Fondo Monetario Internacional? Apenas algunas preguntas.
El predilecto para Economía es Matías Kulfas, aunque convendría no descartar a Cecilia Todesca. Ambos acompañan a Fernández en la estadía en Ciudad de México. A propósito de los jóvenes: aunque se quedó en Buenos Aires, Santiago Cafiero, de 40 años, nieto del emblemático dirigente peronista e hijo de Juan Pablo, tiene todos los boletos para ser el jefe de Gabinete.
Lavagna es un nombre que no deja de seducir al albertismo. Como reveló este domingo Joaquín Morales Solá en su columna dominical de La Nación, el economista recibió en su casa de Saavedra al sucesor de Mauricio Macri durante una hora y media. Fernández quería escuchar de primera mano su diagnóstico sobre la herencia macrista. Lo que oyó lo dejó muy preocupado, dicen. «Es más crudo que Alberto», cuentan en la comitiva que lo acompaña por México. Lavagna es un crítico de la actual conducción desde el día cero. Durante los primeros tres años mantuvo más de un encuentro con Macri. No fueron positivos.
A Fernández, que ya se dijo que reniega del marketing, lo atrae un número: los primeros 100 días de gestión. Cree que habrá que lanzar medidas para paliar el malhumor social y para demostrar que otro gobierno, más sensible, está en marcha. Otra vez: lo maneja con tanta reserva como sus nombres para el Gabinete. «Se trata de un paquete de buenas noticias. Trabajamos todos los días en eso», confirman en su entorno.
Quienes hablan con el futuro presidente aseguran que desde hace 15 días lo ven más tranquilo. Es la transición. Logró un buen diálogo con Macri -volvió a hablar por teléfono con él después de su encuentro del lunes en la Casa Rosada- y asume por lo bajo que la implementación de un cepo tan duro no es lo mejor, pero ayuda a enfriar el dólar y la tensión en los mercados. Ya nadie duda de que Macri podrá terminar su mandato.