Alberto Fernández termina de armar su equipo
Alberto Fernández termina de armar su equipo y apuesta al factor sorpresa para sus próximas acciones
El presidente electo mantiene su lógica: reservar información y no anticipar su agenda excepto para grandes acontecimientos. Los nombres que suenan y la gran incógnita: quién será el ministro de Economía
Las visitas de empresarios se suceden en las nuevas oficinas de Alberto Fernández en Puerto Madero. También las de políticos y técnicos. Incluso se vio allí a un empresario que no hace mucho se emocionó en público casi hasta las lágrimas al expresar su apoyo por el gobierno de Mauricio Macri cuando aún no se vislumbraba un triunfo peronista. Con menos ojos indiscretos que las guardias permanentes de curiosos y periodistas frente al único ingreso y única salida en México 337, el presidente electo tiene más libertad de acción en su temporario lugar de trabajo. Sus invitados también.
En esas mismas oficinas es donde Gustavo Béliz bosqueja el diagrama de la estructura del Estado a partir del 10 de diciembre. Es mucho más que un equipo de ministros que define y decide Alberto Fernández. Y es menos de un mes el tiempo que tiene para terminar de delinear los lugares más importantes. En menos de 15 días el presidente electo deberá definir su equipo de ministros: tendrá la lista antes de que comience diciembre. Pistas ya dio. A algunos les dio certezas. A otros prometió verlos en los próximos días para conversar.
De todos modos, Fernández sigue con su misma lógica: reservar información y no anticipar su agenda excepto para grandes acontecimientos. Eso sí, aclaran en su entorno que no habría aún reuniones de transición con el gobierno nacional y que no se conversó sobre la ceremonia de traspaso de mando aunque la jura será frente a la Asamblea Legislativa, es decir en el Congreso.
El fin de semana en las reuniones del Grupo de Puebla acompañó al presidente electo Felipe Solá, una vez más como virtual canciller. No estuvo en cambio Jorge Argüello, su amigo que le garantiza un fuerte vínculo con Estados Unidos. Según dicen, prepara valijas para viajar a Washington próximamente. Algunos creen que se prepara también para volver a la embajada más importante, mismo rol que tuvo entre 2011 y 2013. Si así sucede, será una de las excepciones que ocupará un lugar que ya ocupó. Su nombre se repite por su vínculo con Estados Unidos y la charla entre Donald Trump y Alberto Fernández es una buena señal para las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional.
En ese juego de equilibrios el presidente electo aún tiene que definir si formaliza un deseo personal y político que entra en colisión con las reglas de la diplomacia: invitar a Lula Da Silva y a Dilma Roussef a su asunción. Seguramente también los querría aquí Cristina Fernández, la vice electa, pero sería un nuevo punto de fricción con el gobierno de Jair Bolsonaro. Preocupa especialmente al equipo del presidente electo la crítica situación de Bolivia donde hace poco visitó a Evo Morales. También la crisis en Chile.
En ese juego de equilibrios también intenta potenciar el rol del progresismo regional para consolidar apoyo interno y externo. También habló con el presidente de Francia. Lo hizo este sábado antes de llegar al hotel donde se desarrolló la cumbre del Grupo de Puebla que nuclea a líderes de países regionales progresistas y de izquierda. Habló por teléfono largamente con Emmanuel Macron, que quedó en comunicarle pronto un par de fechas posibles para combinar la visita. Como otros, el francés que supo tener buen diálogo con Mauricio Macri cambió de interlocutor tras la elección y lo esperaría antes de diciembre.
Mientras se ocupa de todos los frentes, el casillero que más expectativa genera es Economía. Aunque Matías Kulfas y Cecilia Todesca se han mostrado inseparables, a la par de Solá, todavía hay quien espera un renunciamiento histórico de Roberto Lavagna. En tertulias de la semana, cenas varias donde confluyeron empresarios, funcionarios, ex funcionarios y hasta futuros posibles ministros, se sigue creyendo que con Lavagna a su lado Fernández podría ordenar las cuentas y negociar la deuda desde una secretaría creada ad hoc para Guillermo Nielsen. ¿Sería posible que en el mismo esquema coexistan dos economistas de tamaña envergadura? Quién sabe. Este lunes regresa Cristina Fernández desde Cuba, donde durante diez días estuvo con su hija Florencia, y también ella cree en el ex candidato a presidente por Consenso Federal.
La vuelta de la vicepresidenta electa también reactivará algunas conversaciones que heredó su hijo Máximo Kirchner. Como en el armado de las listas, es él junto a Axel Kicillof quien conversa cómo completar algunos casilleros. Lo incluyen a Wado De Pedro. Dicen que el gobernador electo tiene reservado un lugar en su gabinete para Fernanda Raverta, la ex candidata del Frente de Todos para la intendencia de Mar del Plata. Sólo en Quilmes La Cámpora cumplió la expectativa con Mayra Mendoza y le arrebató el municipio a Martiniano Molina. En La Plata Julio Garro logró ser reelecto con facilidad y se espera un futuro convulsionado entre el peronismo y la agrupación que empujó a Florencia Saintout a su tercera derrota consecutiva interna mediante con 5 precandidatos. Con los resultados aún en caliente, hay quienes reprochan a La Cámpora su estrategia e incluso Eduardo Valdés, tan amigo de Alberto Fernández como de Cristina Kirchner y de Máximo, propuso que cambien de nombre. Aclaró después que sólo lo sugería para mostrar la unidad del peronismo. Será una de las tensiones con las que tendrá que lidiar el presidente electo.
Una puja parecida se avizora en el Senado. Fernández consolidó su vínculo con el presidente del PJ cordobés, Carlos Caserio, que desoyó la prescindencia del gobernador Juan Schiaretti y jugó fuerte por el Frente de Todos. El presidente electo se apoyó en él y le confiaría la presidencia del bloque de senadores peronistas pero CFK, que presidirá el cuerpo como ahora lo hace Gabriela Michetti, quiere a Anabel Fernández Sagasti, derrotada en Mendoza, para ese lugar. Los espacios de poder en el Congreso se definen también en las próximas dos o tres semanas.