Cómo fue el frenético cierre de listas de Vidal
La gobernadora siguió al detalle el cierre. Quiénes tuvieron la lapicera. Los ganadores y los perdedores.
Los cierres de listas tuvieron su cierre al límite de las 24 horas de este sábado, donde hubo rosca para todos los gustos, con saltos imprevistos y un saldo de heridos en cada uno de los campamentos políticos.
El vidalismo también tuvo su cierre frenético y con datos para destacar, desde el momento de estampar las firmas hasta las sesiones de fotos de quienes resultaron elegidos.
Durante las dos últimas jornadas (viernes y sábado) funcionó a pleno la mesa política operativa que comandó el hombre de confianza de María Eugenia Vidal, el jefe de Gabinete bonaerense Federico Salvai, el dueño de la lapicera provincial.
La lista de diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires se cocinó el viernes en el búnker vidalista de Retiro. Marcos Peña viajó hasta esas oficinas (pegadas a la estación de trenes y que cedió a los bonaerenses el ministro nacional Gullermo Dietrich) y allí se juntó con Vidal y Salvai. Esa tira se cerró ese viernes, entre las 19 y las 20 horas y luego de eso, el trío pasó a informar a cada uno de los designados sobre su suerte electoral.
Al otro día, los candidatos a diputados nacionales tuvieron que estampar su firma, mientras se resolvía el cierre de legisladores provinciales así como la resolución de la pelea por las intendencias y las concejalías en las 135 municipalidades bonaerenses.
Para eso, se montaron dos búnkeres: los diputados nacionales y legisladores provinciales se nuclearon en el Hotel NH Collection Bolívar 120, exactamente en el piso 6 donde se montaron tres salones asignados. El más grande, para la espera de los candidatos, otra sala más pequeña para el subsecretario de Asuntos Municipales, Alex Campbell, y una tercera donde los candidatos firmaban.
En la última, a las 10 de ese sábado, los nominados a diputados nacionales completaban las planillas con sus datos y ante un escribano, ponían el gancho. También un fotógrafo registraba el momento: allí se vieron caras felices y también, caras largas, entre quienes creían que estaban para más.
La primera en llegar fue Silvia Lospennato, la mujer que respondía a Emilio Monzó y que logró ser reconocida para otro mandato de diputada nacional, en virtud a ser una legisladora muy trabajadora, como quedó en evidencia con su rol destacado en el debate por el Aborto Legal.
El último en llegar al momento de las firmas fue Waldo Wolff. Pero quien se llevó todas las miradas, e incluso los aplausos cuando llegó al NH, fue María Luján Rey, la madre de Lucas Menghini, víctima de la tragedia de once de febrero de 2012.
La mujer se mostró perdida en su debut en las lides políticas. Varios se le acercaron y le dieron la bienvenida. Ritondo arribó a las 10:30 -el primer candidato a diputado también era centro de las miradas- y se tomó una foto con María Luján, que luego circuló como inicio de campaña. El ministro de Seguridad terminó de posar y partió, raudo, a la presentación del desbaratamiento de la banda «Los concesionarios» en San Isidro, una organización dedicada a cometer entraderas y escruches en barrios del norte del conurbano.
Sorpresivamente, apareció Esteban Bullrich, con mate y termo en mano, quien se acercó a ayudar y colaborar, algo que cayó muy bien entre los vidalistas puros. También estuvo José Torello, jefe de asesores y suplente y luego su hermano Pablo, el productor agropecuario que será candidato y que alcanzó notoriedad por unas infelices declaraciones sobre las feministas.
Otra sorpresa fue la presencia de Guillermo Montenegro, quien irá a una PASO en Mar del Plata con la radical Vilma Baragiola.
Otro búnker vidalista se montó en Maipú y Rivadavia para recibir las listas de los 135 municipios: allí se cargaban las fichas de los candidatos desde las 9 de la mañana, tarea que finalizó al filo de la medianoche. Un tercer estuvo en el local de la calle Balcarce, en la sede del PRO Nacional. Allí, en el primer subsuelo, se montó el set de fotos de campaña de intendentes, diputados nacionales y candidatos a intendentes. Todo eso estuvo monitoreado por el equipo de Federico Suárez, el ministro de Asuntos Públicos de la provincia. Allí, coincidieron el intendente de Pinamar, Martín Yeza, el ministro de Educación nacional Alejandro Finocchiaro, Santiago Dos Santos -candidato a intendente de Chascomús y el postulante por Presidente Perón, Guido Giana. Allí volvió a aparecer, ya más relajada, María Luján Rey. Todos se reían y se preguntaban: «¿Al final Aníbal Fernández va de concejal en Pinamar?».
Finocchiaro y Yeza fueron los que animaron la cita, con las anécdotas del cruce del ministro con el senador ultra K, José Mayans, en un programa de tevé.
Terminada la faena, la novel candidata Rey se fue caminando con su flamante vocero hablando de lo que se le viene: un camino de notas, y presentaciones a la que la valiente luchadora contra la corrupción debe afrontar desde hoy
Pero más allá de todo lo logístico de campaña, la rosca potente se dio en las oficinas de Alex Campbell sobre la avenida de Belgrano, a metros de la sede del PRO. Allí, se vio un reducido lote: Federico Salvai, Jorge Macri -con fuerte presencia en el armado de listas-, Federico Suárez y Mariano Mohadeb. También por allí pasaron Esteban Bullrich y Gabriel Sánchez Zinny -ministro provincial de Educación-, todos encerrados desde media mañana y hasta que cerraron las listas a eso de las 19 horas.
Solo se sumaba algún referente territorial cuando había alguna cuestión puntual que laudar. Todo eso fue seguido, al detalle, por María Eugenia Vidal, por llamada o mensaje de WhatsApp. Afuera de la oficina, esperaban no más de 5 personas, de los equipos de los ministros presentes más los representantes de la parte legal del partido que conduce Mauricio Macri.
La puerta se abrió de par en par solo al mediodía para un breve break para almorzar y de paso, ponerse al tanto de las novedades de otras fuerzas, tanto de las que surgían del búnker K como la baja de Stolbizer de este turno electoral. De paso, Federico Suárez aprovechó para mostrarle a Salvai las piezas que su equipo ideó para la campaña vidalista, spots que dejaron muy conforme al jefe de Gabinete provincial.
Al final de la jornada, se pudo ver al primer ganador de la jornada: al salir de la oficina, el hoy subsecretario Alex Campbell era felicitado por encabezar la lista de diputados provinciales por la primera sección electoral, lo que lo pondrá -en caso de la victoria de Vidal como gobernadora- en la posibilidad concreta de ser designado como titular de la Legislatura bonaerense, en reemplazo de Manuel Mosca, quien fue apartado tras las denuncias de acoso y abuso. La noticia fue ratificada con un llamado de la propia María Eugenia a su teléfono.
Otro ganador fue Jorge Macri: el intendente de Vicente López participó de la mesa ultra chica de decisión bonaerense e impuso gente propia en las nóminas finales. Y obviamente, el poder de veto y resolución mayor fue de Carlos Federico Salvai, quien llamó uno por uno a sus candidatos para darles la novedad.
El último en firmar fue el abogado mediático Mauricio D’Alessandro, séptimo candidato a diputado provincial por la quinta sección electoral, quien al demorarse tuvo como premio poder sumarse a las pizzas que llegaron a esa hora.
Entre los perdedores se puede encontrar a Daniel Lipovetzky, quien no pudo renovar como diputado nacional y firmó, a disgusto, para ser diputado provincial. Otro fue el ministro de Gobierno, Joaquín De la Torre, quien no va para otro mandato en su San Miguel natal y se quedó sin participar de la carrera por presidir la Cámara de Diputados provincial, rol que Vidal pensó para Alex Campbell.
Precisamente Campbell, se quedó hasta las 23 horas recibiendo llamados de heridos por el cierre de listas en las ocho secciones.
La mandataria Vidal no se mostró pero manejó todo el cierre a través de sus hombres de confianza Salvai y Campbell. Pero no descuidó detalle de su distrito donde tuvo el poder absoluto para ordenar su distrito, antes de la furiosa pelea por venir contra Axel Kicillof y Verónica Magario, en la búsqueda una reelección que asoma difícil contra el team que definió, en persona, Cristina Fernández de Kirchner.