De la bomba de las Lebac a las Leliq

En un país emergente de tamaño medio la función esencial del Banco Central es asegurar una oferta de medios de pago y crédito en consonancia con la expansión de la economía real y, a la vez, atesorar un volumen de reservas internacionales que protejan a la moneda local en la que se expresan esos medios de pago y crédito contra la volatilidad del mercado financiero global. Moneda y crédito para el mercado interno y stock de reservas de intervención que morigere el flujo externo.

Desde el comienzo de su gestión el gobierno nacional recorrió un camino inverso, signado por la apertura comercial y financiera a un mundo en tensiones, liberando el movimiento de divisas y predominio de la renta financiera a través de instrumentos emitidos por el ente rector que aseguran una tasa de interés real positiva respecto de la evolución del tipo de cambio. Tasa de interés alta, libre movimiento de divisas y abultada renta financiera en dólares. Un cóctel explosivo si los hay, máxime en un mundo de alto proteccionismo, crisis del multilateralismo y restricciones a la liquidez internacional.