Día del Militante Peronista
El Día del Militante se celebra en conmemoración a la vuelta al país del General Juan Domingo Perón el 17 de noviembre de 1972, luego de casi 18 años de exilio y proscripción.
El regreso del General se convirtió en un acontecimiento histórico, sinónimo de la militancia auténtica, así como del retorno del voto popular y democrático.
Se trata de una fecha que nos invita a brindar un especial reconocimiento a todos los militantes peronistas, quienes lucharon con sincero entusiasmo, tenacidad y sacrificio, animados por un auténtico ideal partidario. Esos militantes que, inspirados por Juan Domingo Perón, siguen trabajando por una patria justa, libre y soberana; en donde la igualdad, la libertad, la democracia y la justicia social son los valores que guían el camino trazado por nuestro líder.
No hay de él posible definición singular. El militante sólo puede ser explicado como existencia plural, generosa, hermanada, amistosa, fraternal. El barrio, la UB, la organización civil, lo conoce como uno más, aunque circunstancialmente lidera.
Lo convocan exclusivamente las grandes gestas, pero como actor anónimo y, a la postre, decisivo.
Laborioso actor del presente y autor del futuro, humildemente, aunque a veces apenas aparezca en su omnipresencia: según la ocasión, como soldado, como organizador, como intelectual, como dirigente social, como creativo, en tanto hombre o mujer en su integridad productiva en el sublime papel de reproducir militantes cómplices para la eterna lucha de la humanidad por la libertad, la justicia y la paz. Pero de ningún modo solo. Nunca independiente de su contexto. Jamás pensado como individuo.
Decía Arturo Jaureche: “Militante es aquel que busca transformar el mundo con su ejemplo, sabe que decir lo que se piensa y hacer lo que se dice, es el arte mayor de una noble práctica política”.
“El militante” existe únicamente cuando con su acción completa la identidad histórica, la obligación con el presente y la esperanza de un pueblo. Se corporiza solamente cuando las mayorías marchan hacia su destino. Y, entonces, desaparece como personaje. Es uno más.