La ley anti barras volvió a comisión y no será ley este año
Se había aprobado en general, pero el Senado no iba a tratarla. Mientras se modificaban los artículos, Lousteau pidió volver a debatirla en comisiones y toda la oposición se sumó. La ley de financiamiento político, también deberá esperar.
La ley para aumentar las penas a los barras bravas volverá a debatirse en comisiones de Diputados en 2019, tras un pedido de Martín Lousteau cuando ya se había aprobado en general y por unanimidad, pero se sabía que no sería tratada este año por el Senado.
«Si los barras bravas nos están viendo televisión deben saber que no vamos a hacer nada. Por eso propongo que la ley vuelva a comisión», sorprendió el economista, cuando se había aprobado por unanimidad, con 201 votos, y se debatía el articulado con un sinfín de modificaciones.
La propuesta de Lousteau no fue descolgada, para cuando la hizo ya se sabía que -tras varios días de intercambiar borradores y consensuar un texto común- minutos antes de la votación el senador Miguel Pichetto había reunido a su bloque y coincidieron en no debatir el proyecto y el de financiamiento político hasta febrero, cuando el presidente Macri debería volver a pedir que se lo incluya en las extraordinarias de ese mes mediante otro decreto. El período ordinario recién empieza en marzo.
«Ahora nos enteramos que el Senado no lo va a tratar. ¿Por qué nos apuramos tanto?», se indignó el kirchnerista Agustín Rossi, antes de acompañar la ley en general y plantear cambios en el articulado que no eran tenidos en cuenta.
Ningún bloque quería ser acusado de trabar la ley y contribuir a nuevos hechos de violencia en partidos de fútbol, pero Lousteau no tuvo problemas en poner la cara cuando ya era difícil entender las correcciones que se iban haciendo en el recinto.
Ningún bloque quiso ser acusado de trabar la ley cuando ya se sabía que el Senado no iba a tratar la norma y el debate era estéril. Lousteau no tuvo problemas en poner la cara y decir lo que todos pensaban.
La vuelta a comisión fue avalada por 115 votos con 84 en contra y dos abstenciones, la de Marco Lavagna y Nicolás Massot, jefe del PRO y harto de tanta negociación con fórceps. Toda la oposición aportó: kirchnerismo, Argentina Federal (bloque de los gobernadores) y Frente Renovador, que había sido el elegido por la diputada radical Gabriela Burgos -encargada de empujar la norma- para mostrar una mayoría propia capaz de asustar al resto del recinto. Lo logró, hasta que se supo que el Senado cajonearía la ley y la oposición se empezó a animar a pedir cambios.
Antes que volviera a comisión, los federales, cercanos a los gobernadores, modificaron varios artículos para contemplar realidades de las provincias, como venían pidiendo sin éxito estos días.
El kirchnerismo exigía menciones a la prevención y menos impunidad y el debate sobre las penas complicó más las cosas, porque a toda la oposición le parecía exagerado sancionar la tenencia de entradas falsas. «Está claro que se tiene que demostrar el dolo», intentaba poner orden Guillermo Montenegro.