Discretas gestiones de Alberto y el kirchnerismo impidieron nombrar más de 60 jueces
Iban a aprobarse el miércoles. Pichetto y Urtubey insistieron, pero una dura discusión de bloque obligó a archivarlos para siempre.
El primer efecto de la inesperada fórmula presidencial Alberto Fernández-Cristina Kirchner fue el miércoles en el Senado, donde Miguel Pichetto y Rodolfo Urtubey chocaron con una férrea resistencia de sus pares y no pudieron aprobar más de 60 pliegos de jueces.
Como anticipó LPO, pese al reclamo de la ex presidenta, el hermano del gobernador de Salta consiguió dictaminar más de 30 pliegos en la Comisión de Acuerdos y Pichetto los sumó a los que habían quedado pendientes en la última sesión para aprobarlos de un plumazo esta semana.
Entre los más viejos había varios de la provincia de Buenos Aires, como el director de Escuchas Judiciales (Dajudeco) Juan Tomás Rodríguez Ponte, propuesto para el juzgado federal número dos de Lomas de Zamora. Y varios aspirantes a ocupar vacantes en Tribunales de Santa Fe resistidos por Omar Perotti, candidato a gobernador de la provincia contra el socialismo y Cambiemos.
Los pliegos fueron incluidos en el orden del día de la sesión, pero cuando Pichetto reunió a su bloque, entre los pocos presentes sólo se escuchaban amenazas de dejar la sesión sin quórum si insistían en aprobarlos de un plumazo.
«En un momento Miguel y Urtubey esperaron quedar casi solos para hacer cuentas y ver si al menos podían aportar una decena de votos para aprobarlos junto a Cambiemos, pero el jujeño Guillermo Snopek se les plantó y los amenazó con arruinarles la sesión», contó a LPO uno testigo del encuentro.
Pichetto y Cambiemos tenían 60 pliegos en el temario, pero en una reunión de bloque sus pares le prohibieron tratarlos. También le bajaron la ley de traspaso de Gobierno.
De inmediato recibió el respaldo del cordobés Carlos Caserio y del pampeano Daniel Lovera, que además pidió aplazar otro de los proyectos de ley incluidos en el temario. No había muchos más, porque la mayoría de los senadores se habían quedado en sus provincias.
Snopek es candidato a gobernador de Jujuy y el sábado elogió a Cristina por proclamarse vice de Alberto Fernández. «Es la gran electora», la definió. Integra la Comisión de Acuerdos pero es más reacio a firmar los pliegos que la mayoría de sus pares de bancada. Otro que suele rebelarse es el chubutense Mario País, de diálogo con la ex jefa de Estado.
La sesión casi se cae porque pasados 40 minutos de la hora de llamada no había 37 bancas ocupadas y cuando las hubo, Cambiemos sólo tuvo malas noticias.
«Hoy estaba prevista una sesión de aprobación de pliegos. Hemos pedido la postergación y se postergaron», anunció Pichetto y provocó la reacción del radical Ángel Rozas, sorprendido por el anuncio del rionegrino.
«Quiero solicitar que si la próxima sesión es ordinaria, este tema tenga preferencia, y si fuese una especial, vamos a insistir, porque se trata, nada más ni nada menos que de poner en funcionamiento a jueces que han cumplido todos los pasos legales para convertirse en jueces definitivos», se indignó.
No fue la única rabieta de Rozas por una sesión que planeó junto a Pichetto pero terminó acotada a la ley de promoción de economía de conocimiento y a leyes de género, que mujeres de todos los bloques exigieron debatir antes que cualquier otro tema.
Dejaron para el final la ley de regulación de traspaso presidencial, una ley pedida por Cambiemos y el PJ para evitar que como sucedió en 2015, un jefe de Estado se niegue a ponerle la banda a su sucesor. Pero llegado el momento la mayoría de los justicialistas dejaron su banca vacía y no hubo quórum para debatir.
Cristina apareció cuando iban a aprobarse temas sobre la mujer, uno que ni siquiera tenía dictamen como el que fija un cupo femenino en los festivales musicales, presentado por su compañera Anabel Fernández Sagasti. Sólo el salteño Juan Carlos Romero votó en contra.
Volvió al recinto a la media hora para pedir que en la próxima sesión, que nadie imagina pronto, se vote una ley para eximir de impuestos a Cruz Roja. «Pagan hasta peajes, sé que para muchos es importante», ironizó, en alusión a la participación del Grupo Macri en varias concesiones de peajes. Después se fue. Los pliegos ya se habían caído.