Ecuador se encamina a pedir un rescate al FMI

Mientras el gobierno del ecuatoriano Lenín Moreno espera las novedades del Fondo Monetario Internacional (FMI) para un acuerdo definitivo de salvataje, desde ese organismo aseguran que todavía no existe una fecha definitiva para la presentación del informe que daría luz verde al crédito.

Ya hace cinco meses representantes del Fondo visitaron Ecuador para realizar una auditoría a sus principales cuentas económicas. Mientras tanto, el ministerio de Economía y Finanzas (MEF) aseguró que los equipos aún siguen en proceso de ajuste de las cifras y se prevé que sea divulgado en enero de 2019.

La demora del comenzó a generar preocupación en Ecuador y algunos especialistas argumentan que podría haber discrepancias en algunas cantidades o en «detalles» entre las autoridades ecuatorianas y el organismo internacional.

En las declaraciones preliminares, la misión del FMI señaló que entre los temas más preocupantes están el déficit fiscal y la deuda creciente. En ese entonces se tenía programado que el reporte con las conclusiones sea presentado entre septiembre y octubre del año en curso.

La intención de Lenín Moreno es que el Fondo acceda a un convenio de similares características al que comprometió a la Argentina recientemente. Pero, el principal requisito es el equilibrio de las cuentas fiscales.

El motivo principal de la recesión en la economía de Ecuador es la caída del precio del barril de crudo y la sobreestimación hecha por el gobierno respecto a las ganancias que obtendría de la actividad. El gobierno de Lenín Moreno solo pudo cerrar el año con U$S1.000 millones que le prestó el gobierno chino.

Los especialistas ven como única salida un salvataje económico al Fondo que dé previsibilidad a los mercados externos.

El ministro de Economía y Finanzas, Richard Martínez, tendió los primeros puentes con el FMI y consultó además a sus pares sudamericanos por los acuerdos que alcanzaron en los últimos meses e saber más sobre los pedidos y metas que exigieron desde el Fondo

Las cifras actuales de la economía ecuatoriana aumentan la necesidad del gobierno de conseguir el financiamiento para cubrir el déficit fiscal y las amortiguar la ya existente deuda externa. Mientras tanto, las empresas estatales y privadas del país no ven con buenos ojos ser quienes deban seguir financiando al fisco, situación que se haría insostenible para 2019.

La situación económica de Ecuador es uno de los ejes de la pelea entre el presidente con su antecesor, Rafael Correa. Moreno criticó en más de una oportunidad la situación económica que dejó Correa.

En julio, el presidente comentó a la prensa ecuatoriana que el país arrastra una deuda superior a los 41 mil millones de dólares. Moreno argumentó que la administración de Correa gastó demasiado dinero pese de la baja del precio internacional del petróleo y del terremoto en Manabí de 2016.

El ex presidente consideró el mensaje de Moreno una ataque personal. «El Gobierno actual conocía perfectamente todas las cifras de deudas y pasivos, que, además, son públicas», se defendió Correa y acusó a Moreno de mantener el mismo equipo económico de los diez años anteriores.

Al igual que la Argentina de los años kirchneristas (2003-2015), Ecuador mantuvo durante la década de gobierno de Correa (2007-2017) una relación tensa con el FMI. El entonces mandatario acusó al organismo de atentar contra la soberanía de los países al imponer fuertes condicionamientos para acceder a sus créditos, por lo que resolvió suspender todos sus lazos.

La economía ecuatoriana está dolarizada desde hace casi 19 años. El 9 de enero del año 2000 el país gobernado entonces por Jamil Mahuad abandonó la que hasta entonces fue su moneda nacional, el sucre, por el dólar estadounidense, en medio del quiebre del sistema bancario nacional. Días después el presidente caería derrocado, pero la dolarización se mantuvo hasta la actualidad.

Moreno llegó a la presidencia en el marco de una débil alianza con Correa en la que el ex presidente ubicó en la fórmula al vicepresidente Jorge Glas. Ese acuerdo se rompió a los pocos días por la crisis económica que avizoraba el nuevo gobierno y se terminó de romper meses después cuando la Policía de Ecuador realizó detenciones y allanamientos a personajes vinculados con la red de sobornos montada por la constructora brasileña Odebrecht.

Entre los cinco detenidos estaba un familiar del vicepresidente. Moreno recién tenía 12 días en el cargo cuando creó el Frente de Lucha contra la Corrupción. En su discurso ese día, el presidente dijo que esta nueva institución era necesaria debido a la «falta de fiscalización». Correa calificó de «ingenuidad extrema» creer que las detenciones había sido «fruto de una semana de trabajo».