El kilo de asado ya se vende a $ 1.000
Tras el acuerdo con supermercados para mantener los precios sin cambios durante el fin de semana largo, el Gobierno se reunirá con el sector de la carne para analizar medidas. Salarios y jubilaciones muy mínimos para poder comprar carne.
Los precios de la carne volvieron a aumentar. Parece chiste, pero es real, el Gobierno acordó con la Asociación Supermercados Unidos (ASU) para que congelen el precio de la carne vacuna solo durante el fin de semana largo.
Este miércoles el Secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, se reunirá con los principales actores de la cadena de la carne, «para conocer la situación».
Los precios de la carne, no son los únicos que suben, en la primera quincena de noviembre el precio de los 21 productos de la llamada “canasta básica de alimentos” tuvo un incremento del 1,29 %, según un relevamiento de Consumidores Libres con subas de hasta 26 % en algunos productos. Este martes Feletti se reunió con empresas mayoristas para avanzar en la implementación de Precios Cuidados en comercios minoristas.
Por su parte, el presidente de la Asociación de Propietarios de Carnicerías, Alberto Williams, afirmó en declaraciones radiales que “los aumentos en la carne son un desastre y el consumidor ya no puede pagar nada» y advirtió con preocupación que “el mercado de Hacienda sigue aumentando el ganado en pie, es imparable».
Williams señaló que “el ganado en pie aumentó casi un 20 % y eso se traslada a la carnicería” y agregó que el viernes pasado “le pegaron un sacudón grande».
El presidente de la Asociación de Propietarios de Carnicerías sostuvo que “la gente no puede pagar $ 1.000 el kilo de asado». La carne se volvió un bien de lujo para las mayorías populares.
El presidente de la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (Fifra), Daniel Urcía, indicó este martes que los aumentos en los valores de la carne se deben a una «recomposición de precios», y aseguró que «hasta marzo o abril del próximo año» no habrá nuevos aumentos en el mostrador. ¿Quién puede creerle? La carne se volvió un bien de lujo para las mayorías populares.
¿Cuánto subió el precio de la carne?
No se conocen aún los datos de noviembre, pero se estima que el precio de la carne en las carnicerías subió entre un 10 % y un 20 %. Si se observa en las algunas páginas de los supermercados, por ejemplo el asado por kilo, en Coto cuesta $ 690, en Disco entre $ 790 y $ 1.475, y en la cadena Res sale $ 1.100.
Según los últimos datos del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna (IPCVA) en octubre, los precios cayeron un 0,4 %. Sin embargo, en los últimos doce meses el precio promedio de la carne vacuna subió un 64,5 %, es decir fue mayor a la inflación general (52,1 %). El corte que más aumentó en el mismo período fue el lomo, con el 86,5 %. Le siguió la tortuguita, con el 76 % y el vacío, con el 75,6 %. En tanto, el asado subió en el último año 73,1 %.
La suba de precios afectó el consumo. Según un informe de la Cámara de la Industria y Comercio de las Carnes (Ciccra) en octubre de este año “el consumo aparente de carne vacuna equivalió a 47,0 kg/año, medido como el promedio de los últimos doce meses (noviembre 2020-octubre 2021). En términos interanuales se observó una caída de 5,8 % (-2,91 kg/hab/año)”.
¿Cuántos kilos menos de asado se compran con un salario mínimo o una jubilación mínima?
El Frente de Todos prometió durante la campaña electoral el regreso del asado en la mesa de los trabajadores, pero como otras promesas eso no ocurrió. En diciembre de 2019 con un salario mínimo, vital y móvil se podían comprar 58 kilos de asado, y en octubre de este año cayó a 47 kilos, es decir que se puede comprar 11 kilos menos. Esto muestra el deterioro del poder de compra.
Las jubilaciones y pensiones fueron ajustadas por el Gobierno. En diciembre de 2019 una jubilación mínima alcanzaba para comprar 49 kilos de asado, y en octubre de 2021 bajó a 38 kilos. Esto significa que el haber mínimo perdió 10 kilos de asado para ejemplificar el deterioro.
Se consideraron los precios de kilo de asado que publica el Indec para el Gran Buenos Aires, pero en otras regiones los precios fueron más altos.
Fracasan los controles oficiales
Según trascendió en los medios, el Gobierno analiza una suba de los derechos de exportación a la carne, que en la actualidad están en el 9 %. El secretario de Comercio Interior afirmó que en comparación con el 2015 actualmente “las retenciones tienen menos peso frente a productos con precios internacionales más altos y, por lo tanto, menor regulación de cupo de exportaciones”. Sin embargo, las patronales amenazaron que no se descarta ningún tipo de medida, de movilización. Es poco probable que Fernández avance con esta medida, es un Gobierno débil con los poderosos.
Hay que afectar los intereses de las patronales. Los controles oficiales son impotentes para contener los precios porque mantienen sin cambios el poder estructural de los ganaderos, de los frigoríficos y los exportadores. El sector ganadero es una industria concentrada en pocas manos y en la exportación la concentración es mayor.
El pueblo trabajador no tiene que pagar los costos de la inflación, es urgente un aumento de emergencia de salarios y jubilaciones.
Para un verdadero control de precios son necesarios comités donde participen los trabajadores de las empresas frigoríficas junto con los consumidores populares para evitar las maniobras de las patronales que remarcan, junto a otras medidas como el monopolio estatal del comercio exterior y poner en discusión la expropiación de los grandes terratenientes y su hacienda.