“El nerviosismo por ser asaltado no justifica el accionar negligente”
El ministro de Seguridad bonaerense Sergio Berni habló en A dos voces del robo a Carolina Píparo y planteó que “el nerviosismo por ser asaltado no puede justificar el accionar negligente en un accidente”. Fue en referencia a la moto que atropelló Juan Ignacio Buzali, que de acuerdo a la Justicia no tuvo relación con el asalto.
El funcionario dijo que no tiene dudas de que haya habido un robo a la diputada bonaerense de Juntos por el Cambio, que denunció que fue asaltada por seis motochorros que la acorralaron y le robaron durante Año Nuevo en La Plata. Sostuvo que están “poniendo el esfuerzo en encontrar a los delincuentes que la asaltaron”.
En relación a los jóvenes atropellados por Buzali, Berni manifestó: “La diputada dice que tuvo un accidente y es un hecho fortuito que lo puede tener cualquiera. Eso no es reprochable, siempre y cuando se respeten las medidas que cualquier ciudadano debe cumplir, como no ir a exceso de velocidad, ni alcoholizado y hacerse cargo de los lesionados”. Afirmó que “si fue negligencia, imprudencia o tentativa de homicidio, lo determinará la fiscal con todos los elementos de prueba que se están verificando”.
Berni planteó que “aparentemente no pasó” que el conductor frenara para asistir a los jóvenes atropellados. Afirmó que “se vio en las cámaras que un un vehículo arrastró a una moto 300 metros y se dio a la fuga”. Además cuestionó que “capciosamente la municipalidad de La Plata, que tiene la responsabilidad de hacerle la alcoholemia, no se la hizo”. La prueba no se realizó de manera inmediata, sino después del asalto.
Píparo declaró el miércoles ante la fiscal María Eugenia Di Lorenzo y al salir de la sede judicial sostuvo que ella y su esposo se sintieron “en peligro de vida”, que “en ese marco” se produjo un accidente y que jamás quisieron “que nadie termine lastimado”. En declaraciones a la prensa manifestó que “se perdió el foco, porque seis varones eligieron a atacar a una mujer”, y dijo que volvió a “tener un revólver en la cabeza”. En 2010 fue víctima de una salidera bancaria en la que fue baleada, mientras estaba embarazada de nueve meses. Los médicos intentaron salvar a su bebé Isidro, que nació de una cesárea de emergencia, pero el chico murió días después.
Rechazó la versión de un efectivo que dijo que le había sentido olor a alcohol al matrimonio y que habían solicitado, reiteradas veces, ir al baño de la dependencia policial debido a su estado. La diputada aseguró que ni ella ni su marido vomitaron, que estaban “muy preocupados y nerviosos porque durante tres horas” no supieron nada de los jóvenes atropellados por Buzali y que nunca dejó de preguntar por el estado de salud de ellos.