El rebrote de la inflación, la estrategia oculta detrás del tarifazo
Después de cinco meses, la inflación se volverá a acelerar en junio según el último informe de Orlando Ferreres. El Gobierno pisa el acelerador con la quita de subsidios. La sugestiva presencia del Fondo Monetario Internacional y la Secretaría del Tesoro en un evento del papa Francisco, mientras Argentina busca fondos frescos.
El Gobierno pisó el acelerador sobre la quita de subsidios con tres objetivos en simultáneo: reducir el gasto, incrementar la recaudación y disminuir el impacto de las importaciones en las reservas del Banco Central. Javier Milei y Luis Caputo están jaqueados por varios frentes: la actividad rebota muy lento, los exportadores no liquidan y después de cinco meses, la inflación se volvió a subir. La sugestiva presencia del Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Secretaría del Tesoro en un evento del papa Francisco.
La inflación se está recalentando. La estimación semanal de la consultora de Orlando Ferreres indica que la variación promedio de la primera semana de junio fue de 5,5% en comparación a las cinco semanas del mes anterior. “Este mes la inflación viene más fuerte, es probable que el IPC de cerca del 7,5%”, indicó a Ámbito el reconocido economista.
La reducción mensual de la inflación venía siendo un elemento clave para el Gobierno, tanto para sostener su imagen positiva en la sociedad como para orientar las expectativas del mercado en torno a distintas variables: tasa de interés, devaluación del tipo de cambio oficial, recuperación de la actividad.
Alberto Cavallo que monitorea diariamente miles de precios advirtió a mediados de mayo que este proceso se detuvo. Primero se despertaron los alimentos y bebidas, y a eso se sumarán las fuertes subas de tarifas, sobre todo la de electricidad.
La estrategia oculta detrás del tarifazo
Por el recorte en el tope de consumo a subsidiar, el impacto final en la boleta para miles de usuarios que están catalogados como N2 y N3 (ingresos bajos y medios) estará más cerca del 300% que del 155% que comunicó como tope el Gobierno.
La avanzada se da de cara a un invierno en el que se esperan temperaturas más bajas que las habituales y persigue varios objetivos en simultáneo. El primero y más evidente es recortar la cuenta de subsidios, tarea que aparecía como prioritaria al comienzo de la gestión y se fue demorando.
Al mismo tiempo, tendrá un alivio en el frente tributario. Mientras la recaudación encuentra serios problemas en los tributos vinculados a la actividad económica como el IVA que está en niveles pandémicos, la administración pública podrá hacerse de algunos pesos extra ya que cerca de un 25% de la cuenta final que pagan los usuarios, son impuestos.
También hay una intención de desincentivar el consumo en momentos en que Argentina está importando gasoil y fueloil para sostener la generación. Es caro, se paga al contado y en dólares, materia prima que no sobra en el Banco Central. Como se advirtió en esta columna semanas atrás, mientras el Gobierno dice: “No hay plata”, los exportadores contestan: “No hay soja”.
La sugestiva presencia del FMI y la Casa Blanca en un evento del papa Francisco
Esos dólares que faltan, se buscan. Ante empresarios locales, inversores extranjeros, debajo del colchón de los argentinos y sobre todo, en los organismos multilaterales. Tal vez por eso haya que prestar mayor atención a la lista de asistentes a la conferencia que organizó la Pontificia Academia de Ciencias Sociales y la Universidad de Columbia.
En la primera institución está por supuesto la influencia ineludible del papa Francisco; en la segunda, la del ex ministro de Economía Martín Guzmán. El tópico del evento fue la crisis de deuda de los países del sur global. Pero en el encuentro del que participaron ministros, directivos de organismos internacionales, académicos y líderes religiosos, pasaron otras cosas.
Por ejemplo, el papa Francisco dijo que “ningún gobierno puede exigir a su pueblo que sufra privaciones incompatibles con la dignidad” y advirtió que la libertad puede ser “fea”, cuando permite que los ricos exploten a los pobres.
Todo esto ocurrió frente a Jay Shambaugh, subsecretario de Relaciones Internacionales del Tesoro de Estados Unidos y la subdirectora gerente del Fondo Monetario Internacional Antoinette Monsio Sayeh. Tanto la Casa Blanca como el FMI vienen advirtiendo por la “baja calidad” del ajuste del Gobierno y son claves en cualquier posible llegada de fondos frescos.
¿Por Argentina quién estuvo? Lo dicho, el ex ministro de Economía Martín Guzmán, el ex presidente del Banco Central Guido Sandleris. Curiosamente, ningún funcionario de Javier Milei.