El viernes como “Día D” para tomar decisiones
Cafiero se junta hoy con Provincia y Ciudad. Y Alberto Fernández encabezará un zoom con gobernadores en la semana para darle un marco federal a los anuncios.
En la previa a la reunión que esta tarde encabezará el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, con sus pares de Provincia y Ciudad, el Gobierno advierte que esta semana será «de evaluación e intercambio de información» con los 24 gobernadores y anticipa un anuncio «para este viernes». «El día D es el 9 de abril», aseguraron altas fuentes oficiales de Casa Rosada.
Con Alberto Fernández aislado tras dar positivo de coronavirus, Cafiero quedó a cargo de la coordinación con Horacio Rodríguez Larreta y Axel Kicillof para definir una estrategia conjunta para el Area Metropolitana de Buenos Aires, donde el Presidente considera que está el principal foco de contagios en este rebrote de casos de covid-19. «Nuestra experiencia indica que ante el avance de la pandemia, los casos se concentran primero en el AMBA y después irradian hacia el interior del país. Es por eso que el trabajo coordinado de CABA, PBA y el Estado Nacional se torna indispensable», dijo el mandatario.
En el Gobierno, a pesar del encuentro que Cafiero mantendrá esta tarde con Felipe Miguel (Ciudad) y Carlos Bianco (Provincia), bajan las expectativas y aseguran que «de la reunión no van a salir medidas concretas», sino que fue trazada para «intercambiar información y analizar distintos escenarios».
En esa línea, marcan que el «día D» será el viernes, ya que previamente, Fernández tiene previsto un zoom con los gobernadores para rodear de volumen político a cualquier decisión, con la premisa que enfatizan sus colaboradores: «Cualquier medida que se tome tiene que tener consenso político de quienes van a ser los encargados de garantizar que se cumpla».
Fernández, que permanece aislado en la casa de huéspedes de la Quinta de Olivos y fue autorizado por sus médicos a caminar por los alrededores -sin contacto con otras personas-, apunta a un encuentro el miércoles, antes de darle forma a un DNU que imponga restricciones.
Respecto al alcance del decreto, en Balcarce 50 se manifiestan «en la avenida del medio» del debate entre quienes exigen un endurecimiento total de la cuarentena y los que reclaman que no haya cambios. «Algo hay que hacer, no se puede desconocer el récord de casos (desde octubre, que se registró la semana pasada)», insisten.
Eso sí, afirman que «la idea es afectar lo menos posible a la economía». Esto, según detallan, contemplaría mantener la industria y la actividad comercial sin cambios, salvo en aquellos rubros que inevitablemente se verán golpeados por alguna medida, como puede ser los límites a la nocturnidad.
Los restoranes, en principio, podrían seguir abiertos pero con un horario acotado (se baraja como tope la medianoche), mientras que la gran preocupación está puesta en los bares y los boliches. En el Gobierno reprochan la falta de controles en el AMBA y remarcan la necesidad de dar un golpe de efecto. Aunque aclaran: «Se puede prohibir cualquier actividad, pero si después nadie controla, no sirve».
El transporte público es el ejemplo contundente. Limitado sólo a trabajadores esenciales, docentes y alumnos, ante la falta de controles la norma todavía vigente no se cumple. Por eso, el Gobierno quiere aceitar la coordinación con Provincia y Ciudad para reducir en los próximos días la cantidad de pasajeros.
Por el momento, en el Gobierno no se quieren aventurar a hablar de cómo va a ser el anuncio. La idea que algunos esbozaban la semana pasada, de una foto con Larreta y Kicillof está descartada por el positivo del Presidente (para el viernes todavía deberá estar aislado), pero igual hay quienes sueñan con una puesta en escena con Fernández al frente -por videollamada- y ambos mandatarios juntos.
Más allá de la circunstancia, a diferencia de lo que ocurría el año pasado, el vinculo entre Kicillof y Larreta luce más afianzado que entre el jefe de Estado y el alcalde porteño. La abrupta quita de la coparticipación erosionó esa relación que tuvo un primer acercamiento con la conversación del sábado, que según ambas administraciones fue «en muy buenos términos».
De todos modos, como la postura de la Ciudad es resistirse a las restricciones, buscaría esquivar una imagen que lo sitúe como parte de esas eventuales decisiones