El watergate argentino
Las pruebas presentadas por el juez Ramos Padilla son irrefutables. No se trata de fotocopias de cuadernos que nadie vio, sino de una serie interminable de audios, videos y escritos a través de los cuales sale a la luz la vinculación de miembros del gobierno nacional con una red ilegal de espionaje que opera en Argentina.
Ni Clarín ni La Nación -medios oficialistas- cubrieron la conferencia que Ramos Padilla brindó este miércoles en el Congreso Nacional con la presencia de todo los partidos políticos, exceptuando al oficialismo que mediante sus voceros pretende instalar la idea de un “complot kirchnerista” que a estas alturas no cuela.
La red de espionaje ilegal se conoció por la denuncia de una de las víctimas, un empresario que estaba siendo extorsionado para que declarase en contra de Cristina Fernández de Kirchner en la causa conocida como “Cuadernos”. La finalidad de la organización era comprometer a funcionarios del gobierno de la expresidenta en hechos de corrupción. La red involucra al fiscal Carlos Stornelli, al agente Marcelo D’Alessio y al periodista Daniel Santoro del Grupo Clarín. En conversaciones grabadas se constató cómo sometían a las personas –según las propias palabras de D’Alessio- a un «ablande» y a situacionesde pánico» para luego obligarlos a hacer declaraciones falsas, además de pedirles grandes sumas de dinero.
El periodista Sebastián Salgado, presente en la Cámara de Diputados durante la exposición de Ramos Padilla, aseguró que «Se secuestraron carpetas con sellos de las embajadas de EEUU y de Israel. Ramos Padilla encontró expedientes con los membretes de estas embajadas, aunque no se puede comprobar aún la legitimidad de estos sellos. Muchos expedientes eran sobre las personas a extorsionar, sus hijos, parejas y allegados».
Salgado sostuvo que «Cuando pensamos en estos niveles de injerencia, nos damos cuenta de cómo llegó al poder Mauricio Macri«, en referencia a la práctica incesante de criminalización de la oposición efectuada por el oficialismo y los medios hegemónicos
Arturo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz, dijo que «Esto pone en peligro la estabilidad democrática. Hay que cuidar al juez Ramos Padilla”, en relación a que poderosos sectores judiciales involucrados intentan quitarle al juez la causa.
Las pruebas revelan que agentes de inteligencia, embajadas extranjeras, miembros del gobierno y periodistas de medios poderosos forman parte de esta trama.
Fuente: Nuevatribuna.es