Francisco y otro mensaje en defensa de la Tierra
En la audiencia de ayer en la que recibió en el Vaticano a los embajadores de Seychelles, Mali, Andorra, Kenia, Letonia y Nigeria, el papa Francisco señaló que “la paz es la aspiración de toda la familia humana. Es un camino de esperanza, que comprende entre otras cosas el diálogo, la reconciliación y la conversión ecológica”.
En la audiencia de ayer en la que recibió en el Vaticano a los embajadores de Seychelles, Mali, Andorra, Kenia, Letonia y Nigeria, el papa Francisco señaló que “la paz es la aspiración de toda la familia humana. Es un camino de esperanza, que comprende entre otras cosas el diálogo, la reconciliación y la conversión ecológica”.
“Solo cuando dejamos de lado la indiferencia y el miedo puede crecer y prosperar un verdadero clima de respeto recíproco”, agregó durante la presentación de las Cartas Credenciales, y reiteró directamente a los embajadores: Cada vez más a menudo vemos que la paz está obstaculizada también por la falta de respeto por nuestra casa común y en particular por la explotación abusiva de los recursos naturales, vistos solo como fuente de beneficio inmediato, sin consideración por los costos que ello implica para las comunidades locales y para la propia naturaleza”.
“El empeño por una gestión responsable de la tierra y sus recursos se requiere con urgencia a todos los niveles, desde la educación familiar a la vida social y civil, hasta las decisiones políticas y económicas”, remarcó.
En el marco de la misa en San Pedro para la comunidad filipina en Roma, el papa Francisco instó hoy a “renovar el milagro de Navidad ofreciéndose a los otros como instrumentos del amor misericordioso de Dios hacia los últimos”. “Como los habitantes de las periferias todavía siguen siendo muchos, debemos pedirle al Señor que renueve el milagro de Navidad cada año”, remarcó.
Par el Sumo Pontífice, “la salvación le es ofrecida a todos, pero el Señor manifiesta una ternura especial por los más vulnerables, los más frágiles, los más pobres de su pueblo”. “Otros vulnerables que merecen una mirada especial de amor por parte de Dios son los oprimidos, los prisioneros, los forasteros, los huérfanos y la viudas. Son los habitantes de las periferias existentes de ayer y de hoy”, señaló.
Asimismo, hizo referencia a “los signos que acompañan la realización del reino de Dios” al tiempo que recordó que “en ellos no hay trompetas ni triunfos militares, no hay juicios y condenas de los pecadores, sino la liberación del mal y el anuncio de la misericordia y la paz”. Recientemente, el eclesiástico se refirió a otra comunidad, la judía, al afirmar que no es “humano ni cristiano perseguir a los judíos. El pueblo judío ha sufrido mucho en la historia. Fue expulsado, también perseguido. El siglo pasado hemos visto muchas, muchas brutalidades que se hicieron con el pueblo judío”.