Inédita campaña de central gremial internacional: #FueraMacri
La Confederación Sindical Internacional (CSI), la mayor central obrera del mundo, condenó la gestión de Mauricio Macri y lanzó una campaña que apuntará a restarle votos en octubre y coordinar acciones de protesta a nivel global frente a embajadas y misiones argentinas en el mundo. Lo hizo a través de un comunicado con la firma de la secretaria general, Sharan Burrow, que incluyó la consigna #FueraMacri y la versión en inglés #MacriMustGo, así como una apelación a la comunidad internacional para “rescatar la dignidad de los trabajadores argentinos”
El documento, inédito en la historia reciente del vínculo entre la Argentina y el sindicalismo internacional, traza un diagnóstico sombrío del tratamiento de la administración Macri a los trabajadores y a las organizaciones gremiales y puntualiza sobre índices como el de pobreza y la caída del poder adquisitivo de los salarios. En cuanto a las medidas de protesta, llama a concretarlas el 12 de septiembre y el 16 de octubre, previo a las elecciones generales del 27.
“Desde que Macri llegó al poder en Argentina se han multiplicado los ataques a los trabajadores organizados del país con amenazas, detención, persecución y estigmatización de los sindicalistas. Casi el 60% de los trabajadores con un empleo formal no ganan los suficiente para mantener a sus familias con dignidad. Ya el salario mínimo se congeló en $12.500 (292 dólares) ni siquiera cubriendo la línea de indigencia”, puntualiza el texto.
El comunicado está fechado el 21 de agosto, pero recién ayer por la tarde llegó a las centrales argentinas, donde la CGT y las CTA de los Trabajadores y Autónoma son afiliadas a la CSI, con una representatividad de 166 millones de trabajadores distribuidos en 156 países. Aunque el contenido sorprendió por el tono condenatorio de la gestión de Macri en los gremios más ligados al activismo internacional explicaron que en el último tiempo la central comenzó a adoptar con fuerza ese perfil.
De hecho Burrow fue reelecta al frente de la CSI en un reciente congreso desarrollado en Dinamarca y en el que compitió con una postulante italiana. A pesar de esa competencia, ambas aspirantes llegaron a firmar un programa de acción con una plataforma en común orientada a dotar la organización de un mayor compromiso con las luchas a nivel internacional contra el avance de las derechas, la xenofobia y las políticas antiobreras.
El razonamiento de la cúpula de la CSI parte de la necesidad de oponerles una mirada a favor de los trabajadores a las corrientes internacionales y promercado que condenan procesos políticos populares. De igual forma se acordó una suerte de acción global de disputa política contra expresiones derechistas con variantes tan disímiles como el presidente Donald Trump, el brexit y mandatarios ultras de varios países europeos.En la misma consideración en la central internacional sitúan a los presidentes Macri, de Argentina, y Jair Bolsonaro, de Brasil.
En las centrales argentinas negaron haber tenido alguna injerencia en el comunicado de la CSI. Dijeron que se trató de una iniciativa que tomó Burrow por su cuenta junto a la cúpula de la central aunque aclararon que el tono está en línea con el endurecimiento que mostró en el último tiempo la entidad.
“Apenas vimos el documento mandamos una nota de agradecimiento. Consideramos que globalizar la voz de los trabajadores frente a una disputa tan desigual como la que nos plantean Wall Street y los grandes centros de poder, es para agradecer”, le dijo a este diario Hugo Yasky, titular de la CTA de los Trabajadores. El gremialista y diputado nacional añadió: “En la lucha entre David y Goliat, está bueno que cada tanto le tiren a David un vaso de agua”. Yasky comparte con Gerardo Martínez, de la CGT, un rol destacado como lobistas de los gremios argentinos en los foros internacionales.