«La Bestia» se mantiene como la única esperanza
La tensión en la frontera sur de México es cada vez más consistente entre migrantes y las autoridades federales, que han detenido a centenares mientras intentaban llegar a Estados Unidos.
Esta semana, el Instituto Nacional de Migración informó la detención de decenas deinmigrantes que viajaban en «La Bestia», como se le conoce al tren que los conduce hasta Estados Unidos; un centenar aceptó ayuda gubernamental, pero no está claro si fueron detenidos o deportados; el resto, huyó.
Hombres, mujeres y niños se habían subido al también conocido como «El Tren de la Muerte», en su esperanza para llegar al país donde gobierna Donald Trump, quien los considera una amenaza para la seguridad.
La escena de cientos de migrantes tratando de subirse al tren en Ixtepec, Oaxaca, fue acompañada por la fuga masiva de migrantes de un centro de detención en la ciudad de Tapachula, en la frontera con Guatemala, hace unos días. Unas 1.300 personas escaparon, aunque varios volvieron.
Se sabe que hay unas 1.700 personas en centros de detención, cuya capacidad ha sido duplicada.
En un comunicado, el Instituto Nacional de Migración (INM) dijo que el incidente empezó cuando un grupo de hombres de nacionalidad cubana ingresó de forma violenta al área reservada para mujeres de las instalaciones. «La escala del evento imposibilitó que pudiera ser contenido mediante el diálogo», dijo.
Erick Morazán, un migrante hondureño, reconoció que abordar el tren es muy peligroso, «pero esta es la vida del migrante», dijo a Reuters.
Pero «La Bestia» parece la única opción para lograr su meta, pues encuentran más vigilancia en las carreteras, derivado de la respuesta del gobierno federal ante las amenazas de Trump de cerrar la frontera si no detiene a los indocumentados.
Caros Vázquez, un migrante hondureño, dijo a la cadena Estrella TV sobre la violencia de las autoridades: «Le digo al presidente de México que nosotros vamos de paso y que no agarren a las mujeres y niños a golpes, porque todos somos humanos».
La desesperación los obliga a pedir comida y agua, pero los residentes locales se quejan de la agresividad de algunos centroamericanos ante su negativa, pues ellos también sufren de carencias.
En «La Bestia» han ocurrido otras tragedias, como al migrante de El Salvador de 25 años, José Villalta, quien murió de un paro cardiaco mientras viajaba en el tren. Según Noticieros Televisa, el hombre era uno de los 700 migrantes que subieron desde Chiapas, pero se enfermó en Ixtepec, Oaxaca.
Un paramédico informó que José estaba deshidratado, y luego de vomitar, sufrió el ataque cardiaco.
Según datos de la Secretaría de Gobernación, en los primeros tres meses del año entraron a México de forma irregular unas 300.00 personas. Según el Instituto Nacional de Migración, casi la mitad eran mujeres, niños y adolescentes. La mayoría busca llegar a Estados Unidos, pese al rechazo del presidente Donald Trump