La Iglesia renunciará a los aportes económicos del Estado
La Iglesia anunciaría esta semana que renunciará a los fondos que les asigna el Gobierno, unos 140 millones de pesos. Según se informa, la decisión se tomaría durante la 116° Asamblea Plenaria de Obispos de todo el país, en un encuentro del que participará el obispo de Mercedes-Luján Agustín Radrizzani, el religioso que pidió perdón tras la la misa en la Basílica de Luján con Hugo y Pablo Moyano la semana pasada.
En agosto la Conferencia Episcopal había anunciado la creación de una comisión con representantes del Gobierno para analizar la renuncia gradual de los fondos públicos y, de esta manera, estudiar un mecanismo alternativos para compensar esta pérdida. Se cree que la medida se dará a conocer tras la reunión de los obispos que empieza el lunes y terminará el próximo viernes en Pilar.
El pedido de una gran parte de la población para que la Iglesia no siga recibiendo fondos del Estado comenzó durante el debate por la legalización del aborto, que se frustró en el Congreso con el rechazo del proyecto en el Senado. Muchos grupos comenzaron este reclamo bajo el lema: Iglesia y el Estado asuntos separados.
Sin embargo, hubo una separación antes. Fue 1966 con la firma del Acuerdo entre el Vaticano y el Estado, que terminó con cuestiones como la injerencia del Gobierno en la designación de obispos. Además -en la reforma constitucional de 1994- se eliminó el requisito de ser católico para llegar a la presidencia aunque se mantuvo el artículo 2, que determina que el gobierno federal «sostiene al culto católico». Una ley de la última dictadura militar, el financiamiento derivó en una entrega mensual de fondos a cada obispo, que actualmente está en el orden de los $ 40 mil y una suma menor a párrocos de frontera y seminaristas diocesanos. Todos estos aportes suman un total de $ 140 millones.
La Iglesia piensa en cobrarlo desde un impuesto a los fieles como en Europa aunque ven con mejores ojos realizar una colecta.