La pugna Macri-Fernández divide aguas en el peronismo cordobés
A pesar de la boleta corta y el llamado de Schiaretti a que “voten a quien quieran”, el PJ local marca terreno y presiona para apoyar al Frente de Todos
Con las listas definidas y la campaña en plena marcha, la búsqueda por una ambigua “avenida del medio” queda cada vez más distante. Así lo marca el peronismo cordobés que, a pesar de llamado de Schiaretti a ir con boleta corta y desentenderse de la grieta, comienza a sentir la presión de varios referentes que piden alinearse detrás de la dupla Fernández-Fernández.
Cabe recordar que tras la disolución de Alternativa Federal por la partida de Miguel Ángel Pichetto Sergio Massa a integrarse a los dos principales frentes políticos en disputa, el gobernador cordobés optó por quedarse en el pago y priorizar el voto legislativo de su provincia y que, en las presidenciales, que “la gente vote al presidente que quiera”. No obstante, desde el territorio cordobés comenzaron a presionar para ir detrás de una opción u otra.
Así lo demostró el jefe de Senadores del bloque justicialista cordobés -y ahora flamante remplazante de Pichetto-, Carlos Caserio, quien rermacó:“Personalmente trabajaré para la fórmula de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner pero apoyando a los legisladores de Córdoba y tratando que nuestros compañeros voten a nivel nacional, porque en Córdoba hay libertad de acción”.
Al posicionamiento de Caserio se sumó el del intendente electo de Villa María, Martín Gill, quien sostuvo que la mayoría de los intendentes cordobeses apoyarán la fórmula del Frente de Todos. “Yo apoyaré a la candidatura de Alberto Fernández”, expresó Gill al medio cordobés La Voz, apoyado en la “libertad de acción” que dispuso el propio Schiaretti al oficializar la boleta corta en su provincia.
Los gestos de los referentes marcan peso en una provincia donde el Gobernador intentó transitar la avenida del medio y sacarse de encima el pseo de la polarización, esquema que intentó concretar con Alternativa Federal, cuyos aliados Massa y Pichetto terminaron finalmente devorados por la grieta entre macrismo y kirchnerismo.