«Si hubiera estado el Gobierno anterior no sé cuántos moriríamos»
A 44 años del Golpe cívico-militar-eclesiástico, El Destape conversó con la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo acerca de este 24 de marzo. No habrá movilización a causa del coronavirus, pero sí campañas durante todo el día, de los pedidos de prisión domiciliaria de los genocidas en esta pandemia y de las consecuencias que podría acarrear un estado de sitio
El 24 de marzo de 2020 será difícil de olvidar. La historia indicaba que sería el primer Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia posterior al gobierno que, comandado por Mauricio Macri, no dudó en catalogar de «curro» a los Derechos Humanos, que recortó las áreas del Poder Ejecutivo que aportaban información a los juicios de lesa humanidad, que quiso establecer el beneficio del 2×1 para los genocidas y que no apoyó el avance de las causas donde se investigan los crímenes de la última dictadura cívico-militar-eclesiástica. La marcha que iba a realizarse hoy, como todos los 24 de marzo, prometía ser multitudinaria.
La pandemia de coronavirus alteró esos planes. Aislamiento obligatorio, y los organismos de Derechos Humanos no dudaron en priorizar la emergencia sanitaria por sobre la movilización. No será quietud, claro. Ya convocaron a un Pañuelazo Blanco durante todo el día, a aprovechar las redes sociales con el hashtag #PañuelosConMemoria y a las 19.30hs harán una transmisión pública con la lectura del documento con el que se expresan todos los años. En este marco, El Destape conversó con Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, sobre este 24 de marzo, de como aprovecharon varios genocidas para intentar salir de la cárcel común y de lo que implicaría un estado de sitio.
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– ¿Como vivís este 24 de marzo tan particular?
La fecha esta, 24 de marzo de 1976, la llevamos en la memoria diariamente, cotidianamente, porque a partir de esa fecha empezamos a sufrir lo que ha sido una dictadura feroz y totalmente perversa, inédita, que ojalá no se repita ni acá nunca en ningún lugar del mundo por los crímenes efectuados, los más de 700 centros clandestinos de detención en todo el país, los robos de bebés, el robo de bienes. Y el temor que dejaron. Hasta hoy en día hay un resabio de temor, de hablar, de decir, de gente que sabe algo, que nos puede informar y no se atreve. Esa fecha la tenemos ya inscripta en lo cotidiano. Pero, lógicamente, cuando llega la fecha exacta hemos hecho siempre la presencia multitudinaria y en el lugar histórico que es la Plaza de Mayo. Este año nos encuentra con una situación de emergencia enorme y hay que cumplirla a rajatabla, que es la reserva en nuestros hogares. La cuarentena impuesta por el Gobierno para frenar esta pandemia que estamos sufriendo por un virus desconocido prácticamente, que no afecte a los argentinos. Que no nos afecte a nosotras también, nuestros hijos nos cuidan por la edad. Así que, viendo que no podíamos hacer nada público, los organismos de Derechos Humanos hemos inventado hacer grabaciones de nuestras posiciones en un documento consensuado. Mi parte está más que nada sometida al encuentro de nietos, la lucha de Abuelas y todo lo que tuvimos que hacer estos años y seguimos haciendo. Y cada uno de los 13 organismos de esa mesa que se ha formado para el trabajo cotidiano de Derechos Humanos leen la parte que les corresponde. Pienso que eso sería correcto que lo distribuyan en todos los medios para que los que se pueda transmitir y que escuchen las voces de los organizadores.También, posiblemente, y esto es un llamado muy especial que hacemos, en la Plaza de Mayo se efectúe un acto muy moderno para mostrar, iluminar, el lugar de la marcha alrededor de la pirámide con las imágenes de nuestros desaparecidos. Queremos, sobretodo, que vaya la prensa. Nada más. Que la prensa registre todo esto, porque seguramente se van a pasar imágenes de esa bandera enorme que llevamos año tras año con las fotografías de nuestros hijos, nuestros familiares desaparecidos, y que este año por supuesto no va a existir. Es un poco refrescar la memoria de tantos años, no olvidar una fecha para que no vuelva a repetirse, para que no crean que esto es pasado.
– Que pena que justo tengamos esta situación en el primer 24 de marzo post Macri. Iba a ser realmente multitudinario.
Si. Se dan las cosas así. No es una cosa buscada. Es una fatalidad que suceda en un Gobierno que está resolviendo los temas emergentes como es el hambre en las familias, la muerte de niños por enfermedades que habían sido erradicadas, en fin, todo lo que está haciendo para mitigar con ayudas económicas y todo lo demás. Hoy vemos que se han reunido intendentes de toda la provincia de Buenos Aires y siguen dando estímulos de ayuda económica, de cuidado y de exigencia y control estricto de que no se vulnere esta orden de permanecer en la casa. Esto es fatalidad. Gracias a Dios, porque si hubiera estado el Gobierno anterior no se cuantos moriríamos porque no hubieran hecho nada más que decir mentiras en los medios diciendo que todo estaba bien. Es una desgracia casi con suerte, porque teniendo un Gobierno que se involucra nos garantiza que muchas vidas se van a salvar.
– Hay un grupo importante de genocidas, de represores, que pidieron la prisión domiciliaria en este contexto de pandemia de coronavirus.
De ninguna manera. Esos son presos más peligrosos que los otros presos, que están algunos sin condena en cárceles que realmente no dan a basto. Están haciendo motines en diferentes lugares del país contra la situación que viven. De ninguna manera. El delito de lesa humanidad no tiene ningún tipo de prebenda ni de derecho a modificar su situación. Quieren producir lástima, hacerse los viejos. Son viejos pero peligrosos, porque no olvidan. Y lo dijeron ante la Justicia. No se arrepienten, lo volverían a hacer si fuera necesario. Y como sabemos que no estarán ahora conspirando y queriendo estar en la casa para eso. Gente mala no cambia. No cambia. Criminales de esa entidad no cambian, no se transforman en buenos nunca. Nosotras consideramos que sería una ofensa para todos los demás presos que les concedieran ese privilegio.
– Hay otro tema que circula, y esperamos que no suceda, pero es el pedido desde distintos sectores al presidente para que establezca el estado de sitio, con todo lo que eso significa para nuestra historia. ¿Qué pensás vos? ¿Qué piensan las Abuelas?
El estado de sitio es una cosa muy seria. Se ha impuesto en momentos muy tristes de nuestra historia. Para poner estado de sitio es porque el caos es total. Nosotras creemos en lo que se está haciendo, que es este control de los que violan la veda de salir a la calle, y que están siendo castigados con la ley. Están todas las fuerzas controlando las rutas, los caminos, las salidas y entradas. Hay un control que por ahora permite ver quienes son los transgresores y el castigo correspondiente. Pero estado de sitio nos trae malas sensaciones, malos recuerdos, siempre ha sido en épocas tremendas. Yo creo que hasta matan, si es necesario, en estado de sitio. En dictadura, en general, ha sido, o en emergencias de algunos gobiernos que no supieron gobernar muy bien, digamos.
– El último estado de sitio es el del 2001 y terminó con casi 40 muertos.
Por eso, no queremos que se repita eso. De ninguna manera. Después los muertos muertos están y la Justicia llega cuando se le da la gana, si es que llega. Pensamos que van a cambiar las cosas en la Argentina, pero ahora lo que nos preocupa es cumplir con lo que el Estado está ordenando de acuerdo a un Decreto de Necesidad y Urgencia. Todos en sus casas en alerta para no contagiar ni contagiarnos.