Si soy presidente voy a gobernar yo, no Cristina Kirchner”

Debe ser uno de los políticos a los que más cuesta sacarle un título. Sino al que más. Daniel Sciolies un maestro en el arte de mantener la calma. Suele atribuirle esa virtud al hecho de haber vivido la traumática experiencia de perder el brazo derecho en un accidente náutico a fines de los años 80 cuando lejos de él estaba la chance de convertirse en un dirigente político.

Su perfil moderado le obsequió una envidiable cintura para moverse como pez en las turbulentas aguas de la política argentina. Amigo personal de Mauricio Macri, cosecharon una relación desde los años de la adolescencia, tiempos en los que ambos se vieron seducidos por el liderazgo político de Carlos Menem, con quien Scioli dio su primer paso en el escenario público.

Tiene 66 años y debutó políticamente hablando en 1997 como Diputado Nacional representando a la Ciudad de Buenos Aires. A fines de 2001 fue nombrado “Secretario de Deportes de la Nación” por el fugaz presidente interino Adolfo Rodríguez Saá, y confirmado por Eduardo Duhalde.

Incluso, la confianza de Duhalde lo llevó a integrar la fórmula nacional 2003 acompañando a Néstor Kirchner como candidato a vicepresidente de la nación, cargo que ocupó hasta 2007, año en que se convirtió en gobernador de la provincia de Buenos Aires por dos períodos consecutivos.

“Pichichi”, se hace llamar graciosamente, con relación a su afición amateur al fútbol de salón y, en particular, a que -supuestamente- es un eficaz delantero goleador.

Con Cristina Kirchner mantuvo y mantiene una relación sinuosa. Son completamente distintos. Pero ella le respeta algo que en la política argentina escasea: la lealtad. Sin embargo, aquel respeto no se traduce en una confianza plena: en 2015, el kirchnerismo duro le puso un compañero de fórmula “ultra”.

Carlos Zannini, ladero de Néstor y Cristina fue el encargado de vigilar a Scioli. La experiencia fue negativa. Y es él mismo quien hoy, desde su rol de embajador en Brasil, asume que haría las cosas distinto. Así lo expresa ante la obvia pregunta que plantea cómo ser candidato a presidente representando a un gobierno que atraviesa una feroz crisis macroeconómica…

La pandemia, la guerra y la sequía

– La primera pregunta que le quiero hacer viene de la lógica de la ciencia política. ¿No es un poco aspiracional, con la crisis económica que tiene la Argentina, con una inflación del 54% de pobreza infanto-juvenil querer ser Presidente de la Nación con la boleta del Frente de Todos?

– Si yo no tuviera la convicción de poder arreglar todo eso no me expondría a la voluntad popular, tengo ideas actualizadas. Mis responsabilidades en Brasil me están dando la oportunidad de renovar aquellas ideas que yo le propuse a los argentinos en el año 2015. Eligieron el cambio y bajo la palabra “cambio” el país volvió al Fondo con un desmantelamiento del aparato productivo. Me gusta aprender de las experiencias, conversar con todos los sectores, tener una relación con el mundo, mejorar los salarios.

– Daniel, pero eso que usted dice, ¿por qué no lo hizo el gobierno de Alberto Fernández?

– El gobierno actual se enfrentó a acontecimientos impredecibles. Tuvo que alterar la agenda que tenía prevista porque sabemos que inmediatamente apenas asumió irrumpió la pandemia. Luego, las consecuencias de esta desgraciada guerra. Después, todo lo que significa la negociación y los condicionamientos del Fondo Monetario Internacional que no lo trajo este gobierno. Lo trajo el anterior. Y como si fuera poco la peor sequía de las últimas décadas.

– Guerra, pandemia y sequía tuvieron los países de la región y están mejor que nosotros…

– Sí, pero los países de la región no venían con un gobierno como el que tuvimos en nuestro país. La Argentina no estaba en condiciones cuando le tocó asumir a Alberto Fernández. Había altos niveles de inflación, todo el tejido productivo se había cambiado: de una economía productiva a una economía de especulación financiera.

– ¿Le parece buena la política económica de este gobierno?

– La política económica de este gobierno está condicionada por prioridades que tienen que ver en primer lugar con el empleo, la pandemia, los sectores vulnerables. Luego sabemos que la guerra trajo aumentos descomunales en los precios de la energía y eso afectó nuestras reservas. Además, generó procesos inflacionarios en otros lugares también y ahora se está buscando estabilizar la situación.

“Yo demostré cómo se cierra una grieta”

– Uno tiene la sensación, Daniel, que hay un país que vive todos los días con mucho sacrificio, mucha pobreza, mucha deuda interna y después la política está en Disney…

– Yo estoy de acuerdo que la mayor grieta es entre la política y la gente. Yo estoy enfocado en este momento. Como fue la primera etapa de reconstruir la relación con Brasil que ahí demostré cómo se cierra una grieta trabajando con un gobierno de la característica Bolsonaro. Que logre todo lo que podía lograr para la Argentina. En una sola gestión entraron al país 600 millones de dólares cuando conseguí que Brasil nos prometiera toda la energía eléctrica que el país necesitaba y abrimos productos en nuestras economías regionales que no se podían exportar a Brasil y hoy lo pueden hacer.

– Macri le dio una mano importante con Bolsonaro…

– Sí. En esa primera audiencia fue muy sincero y me dijo: “Caso raro el suyo. A usted lo propone el presidente comunista Alberto Fernández pero me llamó Macri y me dijo que era amigo suyo, para recomendarme que lo ayude”. Yo le respondí: “Yo soy más derecha que vos y él juntos. Entonces, ¿me vas a ayudar o no? Decirme la verdad. Decime si me vas a facilitar que yo pueda trabajar y reconstruir una agenda buena para los dos países”. Eso fue lo que ocurrió.

– Entonces Macri estuvo bien…

– Sí. Me dijo “lo voy a hacer”.

– Las cosas como son: Macri y Usted son amigos de toda la vida.

– Pero yo a la política no la tomo en términos de amigos-enemigos personales. La tomo en términos de debate de ideas. El famoso debate que la gente recuerda donde él bajo la palabra “cambio” desencadenó una serie de consecuencias como el ajuste de tarifas, la vuelta al Fondo y todo lo que ocurrió. Discutimos ideas pero nunca en términos personales ni agravios. Yo no voy a perder un vínculo personal de la vida. Ninguno de los dos.

– ¿Recuperaron la relación después de aquel momento de confrontación?

– Sí. A veces nos ponemos a cruzar mensajes por alguna situación particular: Así que sí. Me acuerdo que una vez cuando fui al Ministerio de Producción me dijo “sos peligroso cuando estás aburrido” como diciéndome “para qué te comprometes ahora”.

“Sergio Massa me pidió que me quede en el Gabinete”

– Cuando usted viene al Ministerio de Producción la sensación que todos tuvimos fue que el gobierno le falló. Lo convoca, lo trae de Brasil, le pide poner la espalda y cuando tuvo que cambiarlo (para que entre Massa) lo cambió.

– No me molestó para nada. ¿Cómo me voy a molestar? Me convocan en una emergencia… Así hice en cada momento. El propio Sergio (Massa) me vino a hablar, me dijo “es importante que vos te quedes acá en el gabinete”. Y yo le respondí “Sergio yo creo que te voy a poder ayudar mucho más estando en Brasil por las relaciones que tengo”.

– Si en 2015 su candidato a vice hubiese sido una persona moderada en lugar de Zannini, ¿cree que le habría ido mejor?

– Mirá, creo que la voluntad de cambio, la ola de cambio, era muy fuerte. Y ellos (por Cambiemos) plantearon una campaña en términos muy profesionales, muy buena. Hace poco encontré a Durán Barba y fue muy gracioso. A mí la verdad que me gusta leerlo. Y cuando alguien me gana me genera un respeto. Macri fue un candidato muy disciplinado. Entonces la verdad que plantearon una campaña muy inteligente

– ¿Se arrepiente de haber dejado el lugar vacío en el primer debate 2015?

-Sí.

– ¿Por qué se arrepiente de no haber ido al debate?

– Porque creo que participar del debate es respetar a los adversarios y a la vida en general.

– Buena declaración.

– No sé si es buena o mala.

– Me sorprende porque la verdad es que nunca lo había dicho. Es la primera vez.

– Nunca me habían preguntado, te felicito. (ríe)

Fuente: TN Por Gonzalo Aziz