Tierra del Fuego: ya perdieron el trabajo el 60 % de los metalúrgicos
En las últimas horas los empleados de Brightstar se concentraron frente a la planta, que no está funcionando. Desde 2014 a la actualidad se perdieron 6000 puestos en el sector.
En las últimas horas se volvió a ver una escena repetida en la provincia más al sur de la Argentina. La política económica, sobre todo del último gobierno aunque los despidos se aceleraron desde 2008, ha generado una perdida de puestos de trabajo que golpea fuertemente a miles de familias trabajadoras.
Se trata de la empresa Brightstar, una de las principales “ensambladoras” del país, que producía cientos de miles de teléfonos de Samsung, LG y Motorola. Los despidos se profundizaron en 2018 y en lo que va del año los trabajadores recibieron tareas solo una semana. Están suspendidos y denuncian que la empresa está impulsado una feroz política de retiros “voluntarios”. Según la empresa “nos sobra stock”.
Lo cierto es que es uno de los tantos ataques que vienen sufriendo las trabajadoras y trabajadores de la zona. Según el sitio Gremiales del Sur “la grave crisis de la industria electrónica y autopartista de Río Grande deja como saldo a la fecha la cantidad de 4.112 trabajadores en actividad. En el año 2014, eran alrededor de 10.000 los operarios metalúrgicos”. O sea, el 60% de los trabajadores han perdido el puesto de trabajo o están suspendidos sin fecha de ingreso en una modalidad que se llama PPD (Personal de Planta Discontinua).
Entre ellas están BGH, IATEC, Carrier, Radio Victoria, Fapesa y Mirgor, esta última fundada por Macri y Caputo. La mayoría se dedica a la fabricación de productos masivos, como heladeras, aire acondicionados, celulares y computadoras, entre otros. Aunque han ganado millones en los últimos años y se han visto favorecidos por distintas medidas de “promoción industrial” por parte de los gobiernos locales y nacionales. Entre ellos se encuentra el Grupo Newsam, que en estos meses ha desatado un ajuste sobre su planta en Avellaneda, donde las trabajadoras y trabajadoras vienen resistiendo los despidos persecutorios de Rubén Chernajovsky con el aval de la UOM.
En el caso de la UOM Río Grande, dirigida históricamente por Oscar Martínez, el pasado viernes realizó una jornada bajo la consigna “En defensa de los puestos de trabajo, los derechos laborales, la industria nacional, el salario y nuestra soberanía”. Justamente Martínez denunció que “como hemos manifestado desde hace mucho tiempo, este es un planteo que nos involucra a todos y está en juego la decisión de seguir habitando Tierra del Fuego y no aceptar la decisión del Gobierno nacional de expulsarnos de la provincia.” (El Surenio). Sin embargo, ha dejado pasar estos ataques en estos últimos años. Incluso llegó a firmar un acuerdo, con Antonio Caló y funcionarios del peronismo provincial y el gobierno nacional, de congelamiento salarial por dos años bajo el compromiso de las empresas de que no se pierdan puestos de trabajo. La concesión, está visto, no ha servido para nada.
Tierra del Fuego se ha convertido en uno de los símbolos del momento en que vivimos: las consecuencias de la recesión, la decisión de los empresarios de descargarla sobre la clase trabajadora, pero también del rol de los gobiernos y sindicalistas peronistas de dejar pasar el ajuste.