Trump cree que todo lo que dice es ley
El presidente Donald Trump está rompiendo nuevamente las normas constitucionales con su sugerencia de que puede eliminar el derecho a la ciudadanía para los niños nacidos en Estados Unidos de inmigrantes indocumentados.
Incluso si esta idea no va a ninguna parte y es probable que no vaya a ninguna parte —la Enmienda 14 de la Constitución hace 150 años confirió la ciudadanía automática a cualquier persona nacida en Estados Unidos, y la Corte Suprema ha confirmado ese derecho de nacimiento— la última afirmación refuerza un mensaje singular de Trump: la ley es lo que él dice que es.
Trump ha declarado a personas inocentes o culpables, basándose en sus opiniones personales. Se ha burlado de los jueces estadounidenses por las decisiones con las que no está de acuerdo. Ha quitado las nociones fundamentales del debido proceso al exigir la pena de muerte para las personas antes de que incluso hayan sido juzgadas formalmente en los tribunales.
Ahora parece querer reescribir la Constitución con el trazo de su pluma.
Sus blancos de ataque a menudo han sido las minorías raciales y los inmigrantes. En mayo pasado, el presidente sugirió que los inmigrantes en la frontera podrían ser deportados sumariamente sin las audiencias habituales para determinar si merecían el asilo o si eran ciudadanos de Estados Unidos detenidos por error.